OPINION

El error de las cadenas de televisión españolas con Youtube

Las cadenas privadas de televisión en España han creado sus propias plataformas de vídeos para ser más competitivas en el universo online. Primero llegó Atresmedia, con Flooxer, y ahora hace lo mismo Mediaset con mtmad. Dos canales donde colgar contenidos propios, y algo más golfos, que se expandan por las redes sociales y otorguen más tráfico a las webs de Antena 3 y Telecinco.

Sin embargo, estas dos ventanas de producción propia han dado carpetazo a Youtube, la plataforma de vídeos por excelencia donde las grandes audiencias consumen y comparten los grandes momentos televisivos internacionales. De hecho, Antena 3, que empezó a aprovechar las bondades de Youtube, ha cambiado de táctica, centrándose ahora en Flooxer e involucionando en su posicionamiento en Youtube. En Telecinco aún el caso ha sido más extremo, ya que no existe ni rastro de los canales de Paolo Vasile en Youtube con el filón que esto sería con formatos como Gran Hermano o La Voz.

Una estrategia que principalmente se debe a que las cadenas no quieren compartir beneficios de sus contenidos con un gigante como Youtube. Los grandes grupos de comunicación españoles quieren ingresos publicitarios sin intermediarios y, de paso, intentan que su producción sólo infle la audiencia de sus propias páginas webs, como es lógico. Quieren, en definitiva, que todo quede en casa.

Pero esta decisión, conservadora, olvida otro tipo de beneficio que por ahora otorga Youtube: el del posicionamiento de una marca viva que está donde se encuentra la gente. Porque la gente está de forma intuitiva en Youtube, no en Flooxer o Mtamd.

Flooxer o Mtmad tienen razón de existir, como interesantes espacios para dar vía a producciones propias, complementarias a la televisión tradicional y perfectas para compartir en redes, pero sin infravalorar el poder de Youtube como herramienta en la que exhibir pequeños fragmentos de tus programas o series para que se hable más y mejor de ellos. Fragmentos de programas y series pensados para ser rentabilizados en una emisión convencional y que, hace veinte años, no se podían volver a consumir por el espectador (a no ser que fuera en una reposición). En la actualidad, en cambio, se les puede otorgar una interesante segunda vida "viral" gracias a la red social.

Nuestras cadenas se olvidan de todas las posibilidades de Youtube como arma propagandística colosal. La mejor herramienta de comunicación para sus productos, ya que en Youtube no sólo está el público objetivo habitual del canal. Si se sabe utilizar bien la energía de la viralidad de Youtube también se puede arrastrar a la cadena interesantes nuevas audiencias e, incluso, despertar la curiosidad al público nativo ya en la era del ciberespacio.

Por supuesto, no hay que publicar todos los programas, aunque sí los momentos genuinos que se producen en los diferentes espacios. Así, los usuarios compartirán el vídeo en sus blogs, en sus facebooks, en sus tuiters, en sus webs… Son los nuevos beneficios del boca a boca, ahora a golpe de "me gusta", de un producto que el espectador activo en la red comparte fácilmente si el vídeo está en el lugar adecuado.

Esto ha sucedido con Tu cara me suena. Sus actuaciones son un éxito de visionados que, sin embargo, fuera de Youtube pierden presencia y no generan conversación entre los usuarios, ya que Flooxer no cuenta con posibilidad de comentar cada imitación. Un error, que se incrementa porque Flooxer entremezcla zapping de instantes de programas de Atresmedia con producción propia, como la aclamada serie Paquita Salas. Lo que propicia un cierto caos en la percepción del espectador: ¿esta plataforma se trata de un batiburrillo de momentos de la cadena o una factoría de contenidos propios?

Se deberían, por tanto, organizar mejor ambos géneros, sabiendo que hay instantes de la televisión en los que su hábitat natural está en Youtube. En Estados Unidos, por ejemplo, que van muy por delante en esto de saber exprimir Youtube, son expertos en redoblar el éxito de sus formatos utilizando las posibilidades reales de la plataforma más importante de vídeos en el mundo.

Ellen DeGeneres, Jimmy Fallon o Jimmy Kimmel (o en España Buenafuente) tienen sus perfiles de Youtube atestados de instantes memorables de sus programas que se actualizan a diario. Incluso piensan fragmentos especialmente para Youtube y poder hacer llegar su programa a más gente. De esta forma, el público se siente más partícipe, hace suyo el show. Las visitas se incrementan, el programa gana cercanía y la imagen social del espacio impulsa una marca más atractiva y cercana. Se trata de otro tipo de beneficio: el de la publicidad gratis, el de potenciar la imagen de marca allí donde está la gente que aún no es fiel a tu cadena.

@borjateran

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