OPINION

La dificultad de la entrevista de Évole a Cebrián

cebrian en salvados
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Juan Luis Cebrián en La Sexta. El mandamás del grupo Prisa ha concedido una entrevista a Jordi Évole en Salvados. Un encuentro de interés máximo para la profesión periodística, política y mediática. Pero, sin embargo, con una dificultad televisiva: el protagonista del programa es un gran desconocido para la audiencia generalista del prime time, lo que suponía una complicación extra para el formato de Atresmedia.

No obstante, Évole sabía de la peculiaridad de este esperado encuentro y lo ha jugado a su favor. Lo ha hecho convirtiendo la charla en un transparente viaje, cargado de contextos, sobre la vida del invitado. De hecho, el director de Salvados ha arrancado la charla pidiendo al propio Cebrián que se describiera a una madre ajena a los vaivenes de los medios de comunicación.

Una entrevista dura, en donde no han faltado cuestiones sobre el multimillonario sueldo de Cebrián en tiempos de recortes (y despidos) de personal. Pero también una entrevista muy didáctica para que el espectador entendiera todo (o casi todo) durante el transcurso del encuentro.

Y en eso los de Salvados ya se han convertido en unos expertos, pues el espacio de La Sexta se adapta con una personalidad apabullante a las necesidades de cada temática. Anoche sólo ha sido necesario el poder de la conversación, apoyado por puntadas de hemeroteca y con cierto look cinematográfico para marcar la diferencia con otros programas en directo.

Un acierto separar la entrevista en dos localizaciones diferenciadas que enriquecen el relato, el despacho y la sala de juntas del Consejo de administración de El País. Así se da más riqueza visual a 'La hora de Cebrián'. Una hora sustentada en el magnetismo del primer plano de Cebrián. Su mirada, su expresión, su contradicciones e incluso su expresividad que evidenciaba cierto disfrute del encuentro con Évole. Porque lo estaba disfrutando. Porque Cebrián es un animal mediático, con un control absoluto para responder anticipándose a las críticas. Évole no lo ha tenido fácil.

Pero el encuentro sí que ha servido para plasmar el problema del periodismo actual, la fecha de caducidad del papel, la autocensura de los periodistas pensando en los accionistas de sus empresas y las relaciones de los medios de comunicación con el poder. Una entrevista para analizar las futuras y presentes generaciones de profesionales de la comunicación.

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@borjateran

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