OPINION

La última de 'Sálvame' para llamar tu atención (y subir la audiencia)

salvame snow week
salvame snow week

Diciembre está lleno de citas televisivas inexorables: el anuncio de Freixenet, la lotería de Navidad, Telepasión, las Campanadas de Fin de Año y, probablemente, desde este 2016, la Sálvame Snow Week.

Se trata de un nuevo concepto de entender la tele-realidad: que no tiene ni tele ni realidad. Porque la Sálvame Snow Week es tan cutre que a veces cuesta pensar que es una espacio pensado para ser emitido por la pequeña pantalla.

Sólo es una pelea de egos en busca de lograr una plaza de colaborador fijo en Sálvame, aunque pocos parecen tener los mimbres para mantenerse demasiado tiempo como rostro habitual de Sálvame. No obstante, eso es lo de menos, pues este invento logra su objetivo: crear contenido y nuevas tramas al culebrón diario de Telecinco.

Lo malo es que Sálvame Snow Week tiene tan poca producción que, por momentos, se da un cierto aire a Mentiras Arriesgadas, un programa de testimonios que presentaba Leticia Sabater en cierta televisión local y que tenía un polígrafo que no disimulaba que, en verdad, era un viejo secador de pelo al que se había pegado, con celo, cuatro lucecitas.

Rafa Mora, Maribel Sanz, Javier Tudela, Chiqui, Jesús Tomillero, Jordi Martín, Pilar Soto, Antonio Tejado, Mónica Hoyos y Laura Fa son los candidatos de este talent show sin show que no pasará a los anales de la televisión por su derroche de originalidad pero que sí consigue su propósito: dar vida a un final de año en el que no está pasando nada nuevo en los programas de cotilleo de Telecinco. La audiencia se está cansando. Sálvame Snow Week intenta poner remedio.

Y, en cierto sentido, consigue su propósito, pues los concursantes cuentan con tanta aspiración por mantenerse en la televisión, cueste lo que cueste, que terminan transformándose en parodia de sí mismos por ganar minutos de fama. Al final, Sálvame Snow Week es una explosión de surrealismo, donde el espectador se siente reconfortado al descubrir las locuras y delirios de intensos famosos de serie B que están mucho peor de la cabeza que cualquier televidente. O eso parece por la tele. El público se ríe de ellos, no con ellos y la maquinaria de Sálvame gana tramas para los próximos meses. Aunque, tal vez, lo que necesitará Sálvame en 2017 son personajes que no se tomen demasiado en serio el programa. Es más, mejor si se desternillan a la cara del programa.

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@borjateran

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