OPINION

La inaccesibilidad de los platós: cómo ir en silla de ruedas a la tele y sobrevivir en el intento

la ruleta de la suerte persona con discapacidad
la ruleta de la suerte persona con discapacidad

Más de diez años de éxito ininterrumpido en Antena 3 y, hasta la semana pasada, La ruleta de la suerte no había recibido nunca a un concursante en silla de ruedas. Pero ella, Carmen, no ha podido acudir sola, como en cualquier edición del concurso, sino que ha participado en un especial de San Valentín donde se jugaba por parejas. Esa es la solución que ha incorporado el programa, pues la puesta en escena resulta inaccesible para personas con movilidad reducida.

La televisión es un espectáculo, de acuerdo, y se priman las largas escaleras por donde bajan las estrellas o los altos atriles sin silla en los que es más fácil que el protagonista se mantenga en tensión y no se relaje. Es lógico, un show de televisión es justo eso, un show. Sin embargo, las cadenas deberían también lleva a cabo, con mayor ímpetu, el ejercicio de plantear escenografías más accesibles. Pensar en rampas del mismo modo que se piensa en escaleras. Por una simple cuestión de visibilidad, aportando a la sociedad la idea firme de que cualquier espacio, también un plató, debe ser inclusivo para las necesidades de cualquier minoría.

Imagina que vas en silla de ruedas, ¿en qué concurso de televisión podrías participar? Obviamente en Ahora caigo no, pero es que tampoco en Pasapalabra (con esa mesa y taburetes altos), ni en Saber y ganar (donde se concursa de pie tras unos altos mostradores) ni en La ruleta de la Suerte a menos que vayas a un especial de parejas y tu pareja no vaya en silla. Más de lo mismo ocurre en programas de debates y entrevistas, donde a menudo también se apuesta por altísimas mesas con sus respectivos taburetes. Por no poder, no podrías ni ganar un Goya, porque a ver cómo salvas ese escenario repleto de escaleras...

La discapacidad, cualquier tipo de diversidad funcional, necesita ser mostrada con naturalidad y sin tapujos en televisión, justo como lo que es: parte de nuestra sociedad. Ha habido gestos interesantes al respecto, como introducir a un concursante en silla de ruedas en Gran Hermano (aquel año, la casa de Guadalix de la Sierra apareció llena de rampas) o la inclusión de pretendientes con discapacidad en First dates. También ayuda la omnipresencia de políticos como Pablo Echenique. Pero hace falta más. Las escenografías de los platós pueden marcar también una valiosa tendencia social que bien podría contagiarse a tantos espacios (transportes, centros de formación, cines, teatros, restaurantes...) que aún no son accesibles en 2017.

Basta con enseñar, con visibilizar que lo accesible es lo deseable. Y programas y series tienen la obligación, cada día más, de hacer patente la enormemente diversos que somos en formas de vivir. Y transmitir la idea de que el mundo es mejor cuanto más respete y albergue nuestras diferencias.

Los errores (recurrentes) al tratar la discapacidad en televisión

@borjateran

Y ADEMÁS…

El problema del tratamiento de las personas con discapacidad en TVE

5 prejuicios sobre TVE que debemos derribar para una televisión pública mejor

Las dificultades que sufre el guionista de las series españolas

6 obstáculos que sufre un periodista de informativos

Mostrar comentarios