OPINION

'Tu cara no me suena todavía': lo mejor y lo peor del estreno

monica naranjo angel llacer
monica naranjo angel llacer

Tu cara me suena ha recuperado el entretenimiento familiar en la noche televisiva de los viernes. Su éxito ha derribado incluso a Sálvame Deluxe, un espacio que hasta hace bien poco parecía invencible. Así que Antena 3 ha decidido estirar la esencia de su talent show de más éxito con una edición con participantes anónimos. Había que alargar la fórmula y el estreno de esta particular secuela ha aprobado con nota. Esto es lo mejor y peor (a nivel televisivo) del primer Tu cara no me suena (todavía).

LO PEOR

El programa ha realizado un buen casting de anónimos. Han entendido la necesidad de sorprender a la audiencia con un elenco de personajes que realmente sorprenda por sus imitaciones. Y lo han conseguido: los números han sido de primer nivel. Sin embargo, los novatos no logran traspasar la pantalla como las celebrities. Justamente por eso mismo: porque es difícil enfrentarse a un prime time en directo y contagiar que lo estás disfrutando. En este primer Tu cara no me suena todavía se han visto grandes imitaciones, pero frías en ejecución. Lógico, no están acostumbrados a un escenario de estas dimensiones, y ha faltado más espontaneidad, que es el alma de este show.

Tampoco ha ayudado para la emoción del formato que se haya desvelado con tanta insistencia el resultado de las imitaciones. Salió el chico que imitaba a Alejandro Sanz y ya todos sabíamos como lo hacía el imitados de Alejandro Sanz, ya que se ha optado por sobreexponer la imitación como cebo para crear interés extra con el programa. Esperemos que las próximas semanas se apueste con mayor ímpetu por el efecto sorpresa, tan importante y tan maltratado en la televisión de hoy. O el "clonador" pierde protagonismo. Si el personaje no es popular y el espectador ya sabe cómo lo va a hacer de bien, el programa puede convertirse en un show demasiado plano y previsible. Sin vuelcos de asombro en la audiencia.

LO MEJOR

Por suerte, ahí estaba Ángel Llàcer que con un sublime instinto del espectáculo ha equilibrado el compás del programa y ha inyectado la dosis suficiente de buen rollo, que es sello de la casa de Tu cara me suena. Un buen rollo travieso, en donde no han faltado los comentarios corrosivos con Mónica Naranjo (incluso con dardos directos sobre su marcha a Telecinco) o la mismísima Chenoa, con alguna que otra referencia a David Bisbal. El espectador disfruta de la mano de la complicidad de Llàcer y sus salidas de tono. Llácer es Tu cara me suena. Con sus besos, con sus verdades sin medias tintas y con sus ganas de jugar.

De ahí el duradero y asentado éxito de Tu cara me suena: un programa que juega con todas las consecuencias. También a nivel escénico, de realización (interesante el intento de reproducir en directo el videoclip Morena Mía de Miguel Bosé) y, por supuesto, de selección musical. En este sentido, Tu cara no me suena todavía prima canciones hiper reconocibles que palíen que los intérpretes no son conocidos. Aunque el programa deberá tener cuidado en que exista variedad musical para que, en las próximas semanas, el repertorio no se quede en los clásicos modernos de siempre. Eso puede ser un obstáculo para la evolución del interés del show, ya que normalmente la gente de la calle suele imitar unos temas de karaoke muy limitados y se puede caer en la repetición.

No obstante, a pesar de que los concursantes anónimos se desvanezcan en plató tras su actuación y falte más participación empática de ellos, la primera gala de Tu cara no me suena todavía ha sido altamente divertida. El programa está bien engrasado y su maestro de ceremonias, Manel Fuentes, sabe disimular errores y sacar jugo a los delirios del jurado, las familias de los concursantes y al propio ego de los desconocidos participantes, difícil de domesticar y complicado de hacerse querer por parte de una audiencia que se las sabe todas.

@borjateran

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