OPINION

Alyson Eckmann gana un GHVIP con síntomas de desgaste: estas son las causas

Alyson Eckmann gana GHVIP
Alyson Eckmann gana GHVIP

Alyson Eckmann y Daniela Blume se han jugado la última gala de Gran Hermano VIP. Dos profesionales de los medios, muy pegadas a la generación YouTube y a los programas más locos de la radio juvenil, se han disputado una final de GHVIP que ha parecido de todo menos una final. De hecho, ya ni se comunica el ganador con show, fuegos de artificio y confeti en la casa de Guadalix, no vaya a ser que en el recorrido del triunfador desde la sierra madrileña hasta el plató descienda demasiado la curva de cuota de pantalla y se derrumbe la media de share de todo el programa.  Así que Telecinco prefiere rellenar con la polémica del aireado debate en el estudio y dejar para el final absoluto de la emisión el crucial momento en el que se comunica el nombre de la "famosa" que se lleva los 100.000 euros de premio.

Y es que el veterano reality show -que cambió la televisión- pasa ahora por horas bajas. Mantiene a un público fiel, pero ya no trasciende con la fuerza de antes: su  modelo está en crisis. Lo ha evidenciado la última edición con anónimos y también esta temporada de celebrities, que ha sido claramente olvidable.

A los responsables del formato no les ha funcionado incorporar nuevos perfiles de concursantes, en su mayoría con una profesión conocida y reconocida. Esta vez, apenas ha habido famosos de medio pelo que sólo eres capaz de conocer si ves constantemente Telecinco. El reality ha fichado a personajes queridos como Irma Soriano, Emma Ozores o Alonso Caparrós. Aparentemente perfectos para crear escenas divertidas y positivas.

Sin embargo, el programa ya viene muy desgastado de una sobreexposición y no se ha conseguido crear tramas de guion que aportaran una vertiente novedosa al concurso. Tampoco han existido conflictos relevantes ni momentazos. Como consecuencia, el formato introdujo a una experta en crear caos, Aída Nizar, pero ni eso terminó de funcionar, pues los habitantes de la casa están de vuelta de las trampas de la tele y no entraron al trapo como Nízar (y el programa) habría querido.

A pesar de ello, los vídeos de esta edición se han centrado en generar a marchas forzadas lo de siempre: disputas, enfados y tristezas de confesionario. Cuando quizá era el momento de incorporar pruebas creativas dentro de la casa para que surgieran otros ingredientes, como la comedia o un romanticismo diferente.

Porque Gran Hermano, para estirar su éxito, necesita un nuevo giro de guion para que se vuelva a convertir en una teleserie en directo e imprevisible. Las tendencias de la pequeña pantalla actual definen que el espectador quiere menos broncas y más carcajadas. Y el actual GH no ha sabido tomar el pulso a esa demanda, tal vez porque se encuentra demasiado viciado al tono adquirido en los últimos tiempos, que ya no define la esencia original del formato.

Al final, ha ganado Alyson Echmann, poniendo de manifiesto los derroteros que siempre acaban triunfando en la telerealidad: mejor no tomarse demasiado en serio el embrollo televisivo en el que te has metido. Pero el triunfo de Aly es lo de menos para Telecinco. Ahora, la cadena ya está pensando en una edición de Supervivientes (se estrena el próximo jueves) que cuente con ingredientes más atractivos para elevar el share. En los nombres de concursantes que ya se van anunciando, parece que vuelven perfiles más ruidosos que gente con trayectoria profesional. Habrá que estudiarse a fondo la parrilla del canal para saber quién es quién en este nuevo casting de "famosos".

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