OPINION

El problema de España en esta edición de Eurovisión

EUROVISION-ROSA-LOPEZ-BISBAL-BUSTAMANTE
EUROVISION-ROSA-LOPEZ-BISBAL-BUSTAMANTE

Se acerca Eurovisión 2017. El próximo 13 de mayo, el International Exhibition Centre de Kiev acogerá el festival que dejó de ser de canciones para transformarse en el gran talent show de la televisión internacional.

La fórmula de Eurovisión, lejos de desgastarse con el paso de los años, ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos e incluso convertirse en el escenario en el que se prueban las nuevas tecnologías televisivas en escenografía y realización.

Con estos mimbres, la audiencia de Eurovisión no cesa de crecer en aquellos países que emiten el show. En todos, menos en España, donde la pasada edición perdió 1.666.000 fieles (-9,5 por ciento de cuota, con respecto al año anterior, quedándose en 4.292.000 espectadores y 29.8% share). Un excelente dato pero lejos de los años en los que el festival arrasaba con resultados de audiencias propios de la final de la Champions.

Y esta edición pinta que continuará la tendencia negativa de España en Eurovision. La causa de esta crisis estriba en que no existe ningún tipo de identificación por parte de la audiencia española con el representante, Manel Navarro. El público generalista desconoce al artista o ni ha escuchado su canción, ya que el proceso de selección y la promoción se ha desarrollado de forma excluyente para las grandes audiencias, como si fuera un asunto que sólo concerniera a los eurofans, esos acérrimos seguidores del famoso festival.

Estos eurofans hacen mucho ruido en la red, pero este año apenas se ha conseguido interesar al público masivo, que no se siente partícipe de la candidatura española porque desconoce el producto que se envía. Y, sin conocimiento, no pueden implicarse ni esperar con ansiedad la noche del festival. Por tanto, el interés por la competición telemusical desaparece.

Si hace dos años, Edurne llamó la atención por su gritón estribillo y, la pasada edición, Barei generó comentarios por su peculiar movimiento de pies, en este 2017 Manel Navarro no cuenta con nada relevante ni característico que haya trascendido los comentarios en el patio de vecinos de la sociedad. Simplemente, no se habla de Manel Navarro en la calle ni en los bares, no interesa, no genera chascarrillos ni comidillas, ni para bien ni para mal. Tampoco ha ayudado la promoción que se está realizando, muy centrada en el círculo eurovisivo fuera de nuestras fronteras.

Ese es el reto que tiene por delante RTVE: exprimir la exitosa marca de Eurovisión en los meses previos al festival, creando un formato que sea de verdad un acontecimiento del que toda la audiencia se sienta parte. No sólo centrándose en los seguidores de Eurovisión.

TVE debe aprovechar más y mejor la rentabilidad de la marca de Eurovisión, con un proyecto que recupere la ilusión por la candidatura española del público generalista. Un público que conozca y empatice con el artista. Como pasó con aquella Rosa de España, que paralizó y unió a un país. Su actuación eurovisiva del Europe’s living a celebration fue el minuto más visto de la televisión en España desde la implantación de los estudios de audiencia. Aquella noche, TVE congregó un 85,2% de cuota de pantalla. Un hito irrepetible, pero un hito del que aprender y al que aspirar: Eurovisión es un acontecimiento que nos une frente al televisor y TVE lo debe aprovechar para fortalecer su imagen de marca, logrando que su audiencia sienta que participa en el eurofestival de la mano de su candidato.

Y si el candidato es un cantante joven y desconocido, hay que presentarle, convertirle en alguien que genere curiosidad y seguimiento. O al menos intentarlo. Porque si no, el resultado es el de este año: nadie espera con ganas la actuación de Manel en Eurovisión. Y, lo que es peor y más triste, nadie considera que nuestra candidatura tiene alguna posibilidad de quedar en un buen puesto. Y así es imposible tener al otro lado del televisor a una audiencia mínimamente ilusionada. Otro año será. O no.

> 22 vías de acción para la supervivencia del sentido y valor de TVE

@borjateran

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