OPINION

TVE y los complejos por culpa del viejo audímetro

EL MINISTERIO DEL TIEMPO
EL MINISTERIO DEL TIEMPO

Desde el año 2010, Televisión Española no se financia con publicidad. La supresión de los anuncios de la cadena pública llegó como oportunidad para que los contenidos de TVE se midieran en función de su calidad y rendimiento social y no sólo por la inestable atadura al medidor de audiencia.

Sin embargo, siete años después, TVE aún no ha asumido su cambio de modelo y funciona a rebufo de la batalla por la cuota pantalla entre las cadenas privadas. Con esta estrategia, existe poco margen desde la televisión pública para arriesgar con series y programas que sean complementarios a los de Telecinco y Antena 3 y sirvan para movilizar la industria audiovisual.

Incluso Hacienda lanza informes definiendo el éxito y fracaso de series de Televisión Española por el dictamen de los datos tradicionales de audiencia, cuando desde las propias instituciones del Estado se debería primar otro tipo de análisis de su oferta catódica.

El informe de la Intervención General de la Administración de Estado (IGAE) de 2015 revela el coste de las principales producciones de TVE, colocando a Cuéntame cómo pasó como la serie más cara, seguida de las ya fuera de emisión La sonata del silencio o Águila Roja. Cuéntame cómo pasó, según este informe, costó 10.151 euros, mientras que El Ministerio del Tiempo supuso 8.795 euros por minuto.

El mismo informe recalca que, en gran parte de los casos, "las audiencias están por debajo de lo que cabría esperar en función de sus costes". De nuevo, se cae en la trampa de las audiencias tradicionales en vez de analizar la rentabilidad de la producción con la perspectiva de su aporte social, prioridad de una cadena pública y sin anunciantes como es Televisión Española.

Ahí está el problema de fondo de TVE: sigue funcionando como una cadena privada con publicidad instalada en el año 2001. Pero los tiempos han cambiado y la medición de audiencias va más allá de los consumos en directo, pues el contenido adquiere segundas vidas en la ventana bajo demanda de las emisiones a la carta.

TVE no debe rendir cuentas a una muestra representativa de audimetros, TVE debe rendir cuentas a los espectadores con un proyecto, de largo recorrido, de contenidos que hagan sentir al público orgulloso de su televisión pública. ¿Por qué? Por el aporte que supone para la sociedad. Como ya sucede en el caso de El Ministerio del Tiempo, que es un fenómeno multiplataforma por encima de su éxito numérico de audiencia, como una historia que entretiene pero, además, supone un chute de inquietudes en el espectador gracias a su referencias históricas, cinematográficas y socialdemográficas. Referencias que, aunque no pilles a la primera, provocan una curiosidad que brota al terminar cada episodio. Raro es escuchar una crítica a la inversión de TVE en El Ministerio del Tiempo. Al contrario, la sociedad se implica con la serie y lo que supone esta serie.

Ahí está el porvenir de TVE: volver a contar historias de su tiempo a través de una oferta plural que no debe ser divulgada como un gasto, pues es una inversión, al igual que la enseñanza pública. Porque TVE es una oportunidad como herramienta que nos haga mejores con la información y, no menos importante, con el entretenimiento que surge de la creatividad de la ficción y los programas. Y estos conceptos aún no los saben medir los viejos audímetros.

@borjateran

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