OPINION

Jorge gana MasterChef: lo que se cuece detrás de un éxito de prime time

jorge gana masterchef
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Jorge, el ex futbolista de Granada, ha ganado los 100.000 euros que atesora el título de convertirse en MasterChef España 2017. Aunque, ¿qué es ser realmente un MasterChef?

MasterChef es el premio de un concurso que busca a un cocinero de primera línea pero, además, necesita que cuente con carismáticas habilidades para seducir al público, ya que cuando acaba el concurso empieza el negocio de la venta de libros de recetas, conferencias, clases y otro tipo de acciones de tinte comercial.

Porque MasterChef no es un simple juego culinario, ante todo es un show de televisión que pretende entretener gracias a las personalidades de un casting de aspirantes con una aplastante telegenia. De hecho, en un principio, no era nada fácil lograr un gran espectáculo con la cocina como trasfondo en España. El principal problema está en la cacareada duración del prime time español: en otros países MasterChef no dura más de una hora, mientras que en la versión cañí se alarga hasta las dos de la madrugada para, así, ser un producto más competitivo en audiencias. Esa peculiaridad nacional es un obstáculo pero, a pesar de ello, el equipo de la productora del programa ha sabido dotar al juego de un interés casi de película.

Y es que el duradero éxito de Masterchef se basa en que el programa narra una épica historia a través del juego de los participantes. Con la realidad de los fogones no basta, así que el show cuenta con un guion que se inventa pruebas o situaciones que sirven para descolocar a los concursantes, desmontar sus planes e incluso propiciar momentos surrealistas.

Porque la tele-realidad sin guion es muy aburrida. El mérito de MasterChef está en cocinar bien esa realidad con los aderezos y especias que necesite. Y eso se consigue gracias al montaje de imágenes, clave para narrar una historia con emoción y sin dejarse prácticamente nada relevante en el tintero.

Como si de una ficción se tratara, MasterChef potencia las personalidades de los aspirantes hasta transformarlos en personajes y los presenta con una realización cargada de matices de guion: marcando los silencios, desvelando los susurros, impulsando la tensión o emoción con músicas de fondo, retratando la comunicación no verbal que esconden las miradas (de participantes, contrincantes, jurado y familiares). Y todo se monta como un puzle que dibuja un hilo dramático sin condescendencias para guisar, en su punto exacto de cocción, una sabrosa receta catódica, irresistible para el espectador.

Así es la televisión de prime time: la realidad entremezclada con la imaginación para que salga de resultado una historia atrayente, que emocione a una audiencia cada vez más resabiada de la mecánica de los talent shows. Sin embargo, MasterChef sigue movilizando un público fiel y se mantiene como el programa de entretenimiento más visto de la cadena pública.

Tanto es su éxito para La 1, que los responsables de Televisión Española han decidido adelantar, por sorpresa, la emisión de la final para que su resultado de audiencia entre en la media del mes de junio.

El buen dato de MasterChef de esta noche es determinante para que la primera cadena acabe junio con una media de cuota de pantalla que toque los dos dígitos. Si RTVE llega a dejar el desenlace de MasterChef para este domingo, como estaba previsto, la cadena pública no lograría superar la frustrante barrera del diez por ciento de cuota de pantalla, que determina la percepción de éxito o fracaso del canal. Trucos de la incansable contraprogramación.

>>> los 13 ingredientes del éxito de MasterChef

@borjateran

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