La televisión funciona por tendencias. Y los programas de búsqueda del amor llevan tiempo colándose en las cadenas españolas. ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, First Dates, Casados a primera vista y, ahora, Contigo al fin del mundo en Antena 3. Aunque, esta vez, el formato viene con giro de guion, pues no sólo se basa en la premisa de la cita e incorpora la esencia del programa de viajes.
Cada pretendiente ha emigrado a una ciudad del mundo y, aparentemente, le va bien. Ahí, para su cortejamiento, tienen que acudir una camada de españoles dispuestos a seducir. Como las caravanas de mujeres de antaño, pero en plan lujo. De esta forma, se entremezcla la identificación del espectador con los personajes de los que se enamoran (o reciben plantón) con la postal turística con cierto tinte aspiracional.
Con estos mimbres, Contigo al fin del mundo funciona con destreza a nivel televisivo. El gran acierto del programa es que ha conseguido un casting de protagonistas que no crea indiferencia. Vamos, que están elegidos al dedillo para descolocar al público y movilizar a las redes sociales. Que si una adicta al lujo extremo en Dubài, que si un rey del postureo en Shanghái, que si un hipercachas en Miami, que si una choni espiritual, que si un chuleta de barrio... En definitiva, todos tienen unas identidades ideales para chocar y que se produzca cierta "gresca" en un programa que, encima, lleva a otros pretendientes cuando menos se lo esperan para azuzar celos si hace falta.
Todo pintado a través de la tele con el surrealismo que merecen los ególatras protagonistas, aprovechando también la cultura del país desconocido y los prejuicios que surgen de la primera impresión de conocer a una persona. No obstante, los aspirantes del casting han ido a este programa a jugar, y juegan. No se callan. Aunque sea para provocar a su potencial pareja. El espectáculo es el espectáculo. Y ese es el problema del programa, a veces, no resultan creíbles las historias y, como resultado, se rompe la posibilidad de identificarse con alguno de los participantes por parte del espectador.
Se nota que el programa está producido por Warner, mismos responsables de First Danes, Pesadilla en la cocina o Quién quiere casarse con mi hijo. Expertos en este tipo de docushow, que combina reality y humor. Mucho humor, para digerir el delirio.
Sin embargo, el programa ha tardado en estrenarse. Contigo al fin del mundo se grabó hace un año y medio. Antena 3 ha tardado en encontrar hueco para este producto en el que no confiaba demasiado. Sin embargo, el programa ha llegado en plena sequía veraniega, como contenido que pega con una evasión vacacional en la que el espectador puede resarcirse del salitre playero amando u odiando a españoles que triunfan por el mundo y que, tal vez, gracias a este formato la audiencia entienda el motivo de que les cueste tanto encontrar pareja.
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