OPINION

La contradicción de 'Pura Magia', el nuevo talent show de TVE

pura magia tve
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TVE ha decidido dar luz verde a un talent show con magos. Pura Magia. Varios prestidigitadores pelean por convertirse en el mejor mago del país. Tienen profesores y todo, Luis Pardo, Inés la Maga, Miguel Ángel Gea y Poty. Sí, el bailarín Poty. Pero, sin embargo, el programa no parece una escuela de magia. Simplemente, transmite la sensación de otro show de variedades al uso.

De hecho, Pura Magia se ha estrenado con una contradicción que ha surgido cuando uno de los miembros del jurado del casting recrimina a un participante que su propuesta de personaje no funciona, ya que no traslada su personalidad diferenciada a la historia que narra su truco, que es convencional. Buen consejo, pero es justo el error que esconde el propio programa, Pura Magia.

Porque Pura Magia es un talent show de magia, pero parece una gala corriente. Es más, el programa, coproducido por la productora de Javier Cárdenas, está tan editado que rompe el clímax de los comentarios del jurado, el presentador (el mago Mag Lari) y los propios concursantes. Los cortes de audio saltan con un montaje artificial, pero tampoco existe un hilo argumental que otorgue cohesión al formato. Un batiburrillo de ideas sin una premisa contudente de principio a fin de la emisión. Esto produce que Pura Magia se vea como un desfile de actuaciones inconexas que, después, sufren la crítica de un jurado, donde destaca Anthony Blake.

Otro concepto que no es nada original, el jurado. El espectador ya está inmune a esta dinámica de artista juzgado por celebrities haciendo de jueces. Y, encima, en Pura Magia, al ser todos magos (menos Poty), los veredictos tienen un toque excesivamente corporativista y endogámico. Hablan de cosas de mago desde la perspectiva de mago, lo que puede ser por momentos excluyente para la audiencia.

Tampoco ayuda la escenografía del show, que no tiene un carácter realmente especial. El decorado repite los mismos clichés de la tele de los últimos tiempos: mismo suelo negro, misma pantalla de fondo y, por supuesto, unas cartas en los laterales como seña para decir, ojo, esto es un programa con magos.

El problema de la atemporalidad 

Ya que Pura Magia ha aterrizado en la parrilla como espacio de verano, aprovechando que su coste es inferior a otros formatos de entretenimiento y su contenido a priori es menos competitivo. Este característica podría haber sido una oportunidad para huir del plató atemporal y dar al decorado unos aires más estivales como acontecimiento vacacional con la magia como trasfondo. Así se puede intentar crear un evento que el público siente con cercanía. Pero no, se ha buscado clonar un reality demodé con sus actuaciones, sus nominaciones, su sensiblería (con problemas personales de los magos) y hasta sus peleas forzadas y sobreactuadas.

Pura Magia no aporta nada nuevo a TVE. Y la esencia de Televisión Española es producir programas que aporten, al menos, mirada propia. Como los buenos magos, esos que no se quedan en lo preestablecido. Televisión Española debe volver a esos shows que, de verdad, transmiten la emoción del espectáculo en directo, que cree en la inteligencia del público y no fuerza un puzle de previsibles elementos fríamente prefabricados para el éxito (un poco de tensión, un poco de peleas, un poco de drama...). Y, en este rompecabezas catódico llamado Pura Magia, el espectador de hoy pilla rápidamente los trucos de la tele.

@borjateran

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