OPINION

Las cadenas de televisión emigran de España para ahorrar el coste de construir decorados

me resbala antena 3
me resbala antena 3

Este viernes, Antena 3 estrena temporada de Me Resbala, el concurso en el que diferentes cómicos se enfrentan a surrealistas pruebas creadas para despertar la carcajada en el espectador. El programa es un éxito en Francia y en Portugal. De hecho, esta nueva edición española se graba en el plató portugués. No se rueda en España, al igual que sucede con el concurso The Wall de Carlos Sobera, que también se emite esta noche y que se realiza en París, utilizando el decorado construido para la versión francesa.

No es nada nuevo. Ya en el arranque de las emisiones de Telecinco, programas como Bellezas al Agua se rodaban en las instalaciones de Mediaset en Milán. Así la cadena se ahorraba el coste de edificar un decorado efímero que ya tenía instalado en otro país. La misma decisión se tomó con Scavengers, un concurso que lideró Bertín Osborne en Antena 3 y que requería un plató de grandes dimensiones. Es más, era tan espectacular -emulaba a una nave espacial- que siempre se grababa en el estudio de Londres.

Las cadenas hacen sinergias y aprovechan puestas en escena en activo para ahorrar gasto. El coste de un buen decorado de televisión puede traspasar fácilmente la barrera de los 200.000 euros. En el caso de The Wall, además, levantar toda la infraestructura en España de la mecánica del concurso supondría una inversión económica que supone demasiado riesgo para la cadena si el formato no funciona en audiencia.

El caso de Me Resbala es diferente. La escenografía ya estaba montada en Lisboa y se ha preferido exprimir más ese despliegue técnico. No obstante, Me Resbala está producido en ambos países por la misma empresa, Shine Iberia (MasterChef). Por tanto, sale más rentable desplazar a artistas y equipo que reproducir, otra vez, el set en Madrid.

Pero también otros países vienen a España a aprovechar decorados complicados de montar. El Ahora Caigo italiano se grabó en el plató barcelonés, en la población de Sant Just Desvern, que acoge la versión de Antena 3. Cuando el programa ya funcionó en Italia, ya se mudaron a su país pero, mientras tanto, rodaron el formato utilizando los recursos españoles.

Se trata de una argucia de las cadenas que, eso sí, cuenta con una flaqueza si el programa tiene público en plató. Al ser los asistentes de otro país y con otro idioma, su reacción no suele ser tan perfecta como los espectadores autóctonos. Lógico, pues no se están enterando de nada. Aplauden o gritan siguiendo las instrucciones de un regidor. Para remediarlo, las productoras intentan tirar de comunidades de hispanas en los países extranjeros en los que se graban estos programas para, de esta forma, paliar el déficit de interacción del público. Aunque, entonces, surge otro problema: normalmente esas personas llevan muchos años fuera o sólo conocen el idioma, por tanto, no comparten el mismo imaginario cultural y, como consecuencia, el fervor de la grada no funciona igual de bien. No pillan los chistes.

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@borjateran

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