OPINION

Así Chicho Ibáñez Serrador aprovechaba el verano para revolucionar el 'Un, dos, tres'

Un dos tres miriam
Un dos tres miriam

Programas que continúan, programas que se van, programas que se estrenan. La televisión no descansa en verano pero, sin embargo, en este 2017, ningún programa que llega en estas fechas huele a vacaciones. Las cadenas no rompen con la rutina y ni siquiera intentan refrescar sus parrillas con espacios pretendidamente estivales.

El maestro de la televisión en España, Chicho Ibáñez Serrador, sabía aprovechar los cambios de estación para conectar con la complicidad del espectador. Más aún en verano, con el ambiente festivo y alegre que conlleva el estío. El Un, dos, tres... responda otra vez, con su cambio de decorado semanal, permitía a la perfección adaptar la dinámica del show al aire vacacional.

Lo lograba con un plató luminoso, muy colorista y con toques de hotel con piscina. Pero, además, incluso atreviéndose a invitar a la grada del concurso a un público que debía ir en bañador. Como si estuvieran en el chiringuito. Así el programa generaba un acontecimiento especial, que entraba por los ojos del espectador. La curiosidad y morbo del erotismo del televidente ayudaba, pero también la naturalidad con que Chicho lo realizaba. Sin complejos, sin recatamientos e invitando a variopinta gente de la calle. Para todos los gustos, no solo modelos artificiales.

Era la televisión que sabía conectar con su público a través de un entretenimiento nada remilgado. Y que, además, sabía cerrar etapas con un hilo argumental definido. De esta manera, en 1993, Chicho Ibáñez Serrador puso a todo su equipo a cantar una canción "cerramos por vacaciones". Tema que también sirvió de colofón de la emisión. Como consecuencia, el espectador se quedaba hasta el final, incluso después de ver el premio que se habían llevado los concursantes, pues la narración del programa seguía alimentando la imaginación del televidente también en los títulos de crédito, Así, como en un buen guion, esta edición playera de Un, dos, tres mostró a todo su elenco de protagonistas, con las gafas de sol y la maleta a cuestas, marchándose por la mítica escalera del concurso hacia su lugar de vacaciones.

Las azafatas, las hermanas hurtado, Jordi Estadella, Miriam Díaz Aroca... De hecho, Miriam Díaz-Aroca quedó última en lo alto de esa emblemática e inolvidable escalinata. Entonces, Serrador no optó por acabar su show con el habitual gran plano general de todo el estudio. Dejó al espectador con el encuadre de la luminosa mirada de Díaz-Aroca. Ahí, en su retrato, en su adiós, congeló la imagen. Y el programa terminó. Pocos lo sabían pero, en realidad, Chicho estaba despidiendo con sentimiento a Miriam, que dejaba sutilmente el programa para crecer en su carrera cinematográfica. Así es la mejor la televisión, la que se adapta con flexibilidad al tiempo que vive y diseña un guion que no descuida ni el último segundo. Incluso lanzando mensajes que no siempre tiene que entender todo el mundo. Porque la mejor televisión, esa que te araña la emoción, también se escribe entre líneas.

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@borjateran

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