OPINION

El terrorismo en vivo y en directo

maria casado tve emocion barcelona
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La imagen de María Casado rompiéndose de emoción en el final del especial informativo de TVE por el atentado en Las Ramblas resume el sentimiento de un país ante la barbarie que ha sufrido, este jueves, el corazón de Barcelona. Una imagen de desasosiego que representa a una sociedad que ha vivido en tiempo real, a través de la televisión y también de las propias redes sociales, el dolor y la incertidumbre después del trágico ataque.

Todas las cadenas de televisión generalista han movilizado su programación para informar del cruento atentado en una emisión que se ha alargado hasta pasada la una de la madrugada. TV3, la televisión autonómica de Catalunya, ha destacado por su retransmisión informativa cercana y rigurosa, cediendo señal a otros medios, como TVE, y poniendo el foco en contextualizar y prevenir cualquier tipo de especulación.

No obstante, todas las cadenas han generado confusión ya que se han apresurado a difundir informaciones sin tiempo para ser contrastadas como merecen, como la errónea identificación de un terrorista. Es el problema que surge en este tipo de trágicos acontecimientos. La demanda informativa y el deber de las cadenas obliga a programar extensos especiales pero que, sin embargo, no siempre cuentan con un caudal de información actualizado durante los largos tramos de emisión. Como consecuencia, estos informativos especiales necesitan nutrirse de nuevos datos con la premura del vivo y el directo que es un trampolín hacia la elucubración que incluso puede amplificar el terror social, lo que sirve para dar alas al objetivo que buscan los terroristas que no es otro que extender el miedo a través de la televisión y las imágenes que se mueven por las redes sociales.

Y ahí surge el trasfondo del problema al que se han enfrentado este jueves las cadenas de televisión: informar en largos programas especiales sin caer en el sensacionalismo que no lleva a ninguna parte. ¿Qué aportan las imágenes más cruentas de las víctimas en Las Ramblas? Se abre un debate complejo. De hecho, ante las críticas por el morbo que suscitaban algunos duros planos que irrumpieron sin avisar en TVE, desde la cadena pública se han justificado como una decisión de "servicio público".

No obstante, el servicio público es informar de los hechos sin necesidad de interferir en la intimidad y el dolor de una víctima.  No es necesario hacer un plano detalle de la muerte para comprender la crudeza de un atentado. Pero, muchas veces, la premura con la que llega la señal de estas imágenes propicia que se cuelen en emisión sin tiempo para evitarlo. En otras ocasiones, como ha sucedido con Telecinco en plena tarde, se decide editorialmente hacer hincapié en imágenes de "impacto" para ilustrar lo acontecido.

Imágenes que se han difundido al mismo tiempo que las fuerzas de seguridad estaban pidiendo que no se emitieran para respetar a las víctimas y no interferir en la investigación. Una petición enfocada a los usuarios de las redes sociales que no siempre se ha cumplido desde las propias cadenas. Es el peligro que surge de la televisión cuando, además, se alimenta de los vídeos inmediatos que se mueven por las redes sociales. Entonces, se puede confundir informar con espectáculo. Ante este escenario, sólo hay una salida: volver a la esencia del periodismo que explica, busca contextos, analiza trasfondos, está comprometido con la honestidad y depura el flujo de impactos sin digerir que fluyen gracias a la premura de la viralidad de la red social. Esa viralidad mediática de la que se alimenta un terrorismo que se expande por la banda ancha del "en vivo y en directo".

@borjateran

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