Lainformacion.com ha podido ver, en primicia, el piloto de la nueva temporada en el Festival de televisión de Vitoria.
Movistar Plus entrena el próximo viernes 22 de septiembre, bajo demanda, el retorno de Velvet. Lo hace sólo 10 meses después de que Antena 3 decidiera cerrar su serie de más éxito, pues ya estaba agotada la trama central de amor entre Ana y Alberto. Así que la cadena de Atresmedia prefirió no desgastar su producto estrella con más vaivenes emocionales de los personajes de Paula Etxebarría y Miguel Ángel Silvestre y optó por despedir la historia con un desenlace a tiempo. Prueba superada: el final alcanzó brillantes audiencias.
Sin embargo, Velvet dejaba un atractivo universo por explotar. En su andadura en Antena 3, la producción de la compañía Bambú trazó una interesante imagen de glamourosa marca y construyó un elenco de vibrantes personajes secundarios, perfectos para cobrar una segunda vida en Movistar Plus. Como consecuencia, la plataforma de pago de Telefónica vio una oportunidad de negocio en Velvet para atraer a la plataforma de pago a nuevos públicos, ya fieles a esta producción.
En esta nueva temporada en el pago, las galerías cambian Madrid y Barcelona, mantienen pesos pesados como Marta Hazas, Asier Etxeandía, Adrián Lastra o Aitana Sánchez-Gijón e incorporan a actores como Imanol Arias, tras años vinculado en televisión en exclusiva a Cuéntame cómo pasó. Un fichaje estrella para dar relumbrón a una nueva temporada pensada para los acérrimos fans de las Galerías Velvet originales.
El guion del primer capítulo de la resurrección de Velvet es un desfile de emotivos guiños a las anteriores etapas, casi como si de una versión de época del reencuentro de Operación Triunfo se tratara. Es lógico y necesario trazar lazos con los vínculos de los personajes principales de las anteriores temporadas de las galerías, el problema surge cuando el primer episodio del nuevo Velvet propone cierta intriga pero se olvida de dibujar una poderosa trama horizontal que atrape al espectador.
El piloto de la resurrección de las galerías se queda en una superficial apertura de tienda que no asienta con fuerza las bases de nada. Y Velvet Coleccion necesita de una magnética historia de amor que seduzca al público desde el minuto uno, al igual que sucedió en el estreno de su versión original. Porque Velvet es una ficción para adictos a lo romántico.
Lo que no cambia es la empalagosa belleza de todo lo que retrata Velvet. Incluso enfadados o peleados sus protagonistas salen guapos. Todos, sin exclusión, ya que es un serial con obsesión de enamorar al público sin mesura. De hecho, hasta las secuencias más duras van aderezadas con hipnóticas músicas ñoñas, bien arriba de volumen y dignas de hilo musical de grandes almacenes en pleno San Valentín. No falla.
Tampoco falta en esta continuación de Velvet el vestuario fascinante e impoluto. Hasta si hay un funeral, el personal parece que ha estado más preocupado por ir "ideal" con su vestimenta que sufrir por el familiar fallecido.
Así es el nuevo Velvet, más pendiente de la forma que del fondo, más cuidadoso con el recuerdo que con marcar una nueva historia que atrape, más colorista que nunca y tan romántico como siempre. Una serie creada para soñar y aspirar con unos idílicos tiempos que nunca existieron ni existirán. Al final, Velvet representa el éxito del buen culebrón evasivo de siempre, aunque edulcorado hasta el empacho.
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