OPINION

'Tiempos de Guerra', amores bélicos para atrapar al público de 'Velvet'

tiempos de guerra
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En las últimas temporadas, Antena 3 ha brillado en el género del melodrama gracias a Velvet. Pero la cadena, en vez de estirar de más su producción estrella (que ahora vive su spin off en Movistar Plus), ha decidido continuar la estela y el tono de las glamurosas galerías pero esta vez con contexto bélico. El resultado es Tiempos de guerra.

Los creadores de Gran Hotel y Velvet se adentran ahora en la guerra de Marruecos. Es la premisa de acción de una producción que, sin embargo, toca de puntillas la historia del conflicto bélico para centrarse en el folletín que, de nuevo, quiere romper audiencias a base de dosis de sentimentalismo, amores imposibles, vestidos elegantes, música épica machacona y un casting de guapas y guapos, requetepeinados. Todos, elementos de ensoñación con los que en teoría disfruta su público potencial.

Amaia Salamanca, Álex García, Alicia Borrachero, Verónica Sánchez y Pepe Sacristán destacan en un reparto con el que Antena 3 tiene claro el target al que se dirige, pero también la forma en la que quiere que sean percibidas sus series. En Tiempos de Guerra, la productora Bambú hace, de nuevo, un buen trabajo de producción con una luminosa fotografía dispuesta a enamorar. Porque de eso va Tiempos de guerra, de enamorar. Ahora con enfermeras de alta sociedad comprometidas con su tiempo.

Un tiempo que, en esta ocasión, se retrata con un poco de más realismo que en Velvet, donde el franquismo ni existía. Pero el realismo es el justo, pues la serie opta por no meterse en berenjenales políticos para no restar ni un ápice de preciosismo a la historia. El rigor histórico es lo de menos y no procede más allá de introducir unos cuantos tiros de vez en cuando.

En la historia coral se repiten perfiles de personajes ya vistos en Velvet o Gran Hotel y que equilibran la intensidad de la trama: que si una duquesa como la líder experimentada, que si una pareja con tensión sexual desde el minuto uno, que si una joven pizpireta en busca de la risa en el público, que si un coronel cascarrabias... Y todo envuelto en unas localizaciones, con mucho chroma, que muestran un mundo de guerra pero sobre todo de postal. El problema es que las guerras tienen poco de glamurosas y luminosas.

Tiempos de guerra es, por tanto, una ficción creada para triunfar en la televisión generalista como un producto atractivo para un público de señoras que suspiran con los amores en tiempos revueltos. Su factura visual es impecable, también sus interpretaciones. Y lo mejor que se puede valorar de ella es que se trata de un folletín clásico con todos sus ingredientes. Curiosamente, esto, quizá, también es lo peor que podemos opinar: este clasicismo con olor a naftalina impide cualquier atisbo de sorpresa o innovación en un tiempo (de guerra audiovisual) en el que la tendencia general en ficción es avanzar, reinventarse, trascender géneros y explorar nuevos caminos narrativos. No busquéis nada de esto en esta nueva serie de Antena 3.

@borjateran

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