OPINION

ZP no hace caso a la prensa extranjera

No pensaba que era tan profundo el desprecio del equipo de Gobierno a la prensa extranjera pero ayer lo comprobé.  IE University, que tiene una universidad dedicada a la Comunicación ubicada en Segovia, me invitó a unas jugosas jornadas sobre Comunicación Política.

En una mesa redonda había varios corresponsales de prensa o de agencias internacionales. The Washington Post, El Universal de Quito, Dow Jones... Me quedé sorprendido cuando confesaron que el Gobierno no les hacía mucho caso. Por ejemplo, la corresponsal de The Washington Post dijo que se apostó en Ferraz durante tres días junto con la de The New York Times, justo después de la victoria de ZP en las elecciones de 2004, y no consiguió obtener una promesa para poder entrevistar al presidente electo algún día. Ni siquiera le dijeron si le atenderían. La entrevista llegó un año y medio después, después de atravesar una maraña burocrática que ni en la Cuba de Fidel.

"La administración pública española es muy local", afirmó el representante de la agencia Dow Jones. Los corresponsales extranjeros se quejaban de que durante todos estos años el gobierno no les ha hecho caso porque detrás de esos medios no había votos. Justo ahora que España tiene la presidencia de la UE parece que les hacen algo de caso. Y justo ahora que los mercados internacionales han puesto en duda la capacidad de nuestro gobierno de salir de la crisis, es cuando el gobierno hace carantoñas a los corresponsales, y hasta visita el Financial Times.

La corresponsal de un medio ecuatoriano no logró contactar con nadie del gobierno hasta que el atentado en la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas acabó con la vida de dos emigrantes de su país. Hasta entonces, el gobierno ignoraba a una periodista que representa la voz de una comunidad de cientos de miles de ecuatorianos en España.

Algunos corresponsales afirman que no entienden el chalaneo que existe entre periodistas y políticos en España. "Para lograr entrevistar a un político tienes que comer muchos cruasanes", me decía una corresponsal. No importa la profesionalidad sino las relaciones personales, caer bien, ganarse a la fuente, chalanear, comer cruasanes, asistir a cócteles, hacer amiguitos, ir a mítines, y después de eso, a lo mejor te da unas declaraciones.

Este gobierno, según la imagen que ayer dieron los periodistas extranjeros afincados en España, es totalmente gañán. "En los gabinetes de comunicación no leen prensa extranjera ni les interesa", decían. "Hasta ahora, no les interesaba la imagen de España en el extranjero".

Los corresponsales se preguntaban ayer si en los departamentos de comunicación de nuestros ministerios se habla inglés o francés. Temen que ninguno de los dos.

Todo eso demuestra que en esos gabinetes hay muchos paletos. Un equipo de comunicadores que se mira el ombligo y que piensa que después de la tortilla de patatas, existe el vacío. Après l'omelette, le déluge.

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