OPINION

La antiselección de las especies

Me llamó la atención unos párrafos que leí en la prensa ayer. Trataban de la reforma laboral que recomienda el Banco de España. Como saben, en nuestro país existen muchos contratos que se pueden resumir básicamente en dos clases: los fijos (indefinidos), y los temporales. Los primeros son el sueño de los trabajadores, pues significa un contrato estable. En caso de despido, la indemnización puede llegar a 45 días por año trabajado.

El segundo es diferente: son contratos de corta duración. Seis meses, un año, máximo dos, creo recordar. Indemnización por despido: 8 días.

¿Qué hacen las empresas? Dado que despedir a alguien que lleva muchos años en la compañía es muy caro, prefieren despedir a los que llevan poco tiempo, o, hacer contratos temporales

El Banco de España afirma que se está produciendo la selección de los inútiles. No lo dice con esas palabras sino con éstas. "Se mantienen puestos de trabajo ocupados por trabajadores con contrato indefinido con productividad inferior a los nuevos puestos que se crean, lo cual influye negativamente sobre la productividad agregada". (ver artículo de El País).

Entiendo que eso quiere decir que el sistema laboral premia a los perezosos y castiga a los dinámicos, ¿no? Según los expertos del Banco de España, si se cambiara el sistema laboral por un contrato único con una indemnización media (no dicen cuál, pero quizá hablan de 30 0 33 días),  el empresario renunciaría entonces a seguir manteniendo a los trabajadores ineficaces. Pues lo que sucede ahora es que siempre paga el pato el que es  más barato de despedir (suelen ser jóvenes), el cual puede ser más eficiente que el veterano.

Desde hace mucho creo que el sistema laboral español tiene unos agujeros sospechosos. He visto a muchos estupendos trabajadores cambiar de empresa porque son más aventureros, más arriesgados y porque confían en sí mismos. Se van sin pedir indemnización puesto que no han sido despedidos. La empresa se ha beneficiado durante años de su talento, y encima, al irse, no les ha costado nada a los empresarios (sólo la pérdida de un buen profesional).

En cambio, he visto bastantes casos de personas poco eficientes que se quedan en la empresa porque es el único sitio donde pueden morir profesionalmente en paz. No son grandes profesionales. Tampoco se han preocupado mucho de mejorar. Quizá hayan tenido algo de talento, pero ni siquiera se han esforzado en ponerlo al servicio de la empresa. Son cómodos. Nadie les contrata desde fuera. De modo que van pasando los años, y la empresa se queda con un montón de gente inútil y cara. Como a medida que pasan los años es más caro despedir a estos empleados, la empresa prefiere despedir a jóvenes talentos, porque les sale barato. O ir titando con contratos temporales.

De modo que al final de muchos años, en la empresa se encuentra con veteranos de gran valía y talento, junto con unos viejos prematuros e ineficientes que se pasan el día quejándose de lo duro que es la vida laboral. Para mí, es la antiselección de las especies. Los peores sobreviven.

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