OPINION

Aquí no habla inglés ni el Tato

Estuve la semana pasada en Alemania visitando plantas eólicas y solares, universidades tecnológicas y de medio ambiente, y varios departamento gubernamentales. Asistí a encuentros con estudiantes, científicos, políticos, técnicos, y paseé de norte a sur del país en siete días.

Casi todo el mundo habla inglés en Alemania. Casi todo el mundo de menos de 50 años.

No estoy hablando del inglés de hamburguesería (guif mi an jamburger, plis), estoy refiriéndome a un inglés muy bien pronunciado, con una gramática correctísima, y un vocabulario extenso.

Varias veces pregunté a los alemanes a qué se debía ese progreso pues recuerdo que a finales de los años setenta y en los ochenta, no se hablaba tanto inglés a todos los niveles en ese país ya que conocí a bastantes alemanes. No era un país bilingüe. Ahora prácticamente sí lo es. "En las escuelas se enseña inglés por lo menos cinco horas a la semana", me dijo una chica.

¿Es que tienen profesores nativos de Australia, Escocia o Alabama?, pregunté. No. "Son profesores alemanes pero viajan varias semanas al año al exterior para mejorar su propio inglés", añadió una chica de 27 años que era de la antigua Alemania Oriental, de Leipzig concretamente. "Mi segundo idioma de pequeña era el ruso. Cuando Alemania se unificó, empecé a aprender inglés", añadió.

Eso quiere decir que se puede enseñar bien inglés a una generación en un periodo de 15 o 2o años. Es decir, si en España alguien se hubiera empeñado en hacer una nación competitiva en idiomas universales prácticos, habrían bastado no más de 20 años de educación para poner a los jóvenes al día.

Por más que se hayan empeñado nuestros gobernantes, aquí no habla inglés casi nadie. No se enseña inglés en las escuelas. No se le dedica tiempo. Los profesores son torpes en su mayoría.

Por eso, no lo hablan los empresarios. No lo habla el mayor banquero de nuestro país, Emilio Botín. No lo habla Zapatero, ni casi nadie de su Gobierno. No lo hablan los taxistas ni los comerciantes ni los camareros, a pesar de que somos el segundo o tercer país más turístico del mundo.

No es cuestión de poner películas con subtítulos porque en Alemania las series de TV que vienen de EEUU o de Gran Bretaña se doblan a su idioma, igual que en España. Es cuestión del sistema educativo.

Nuestro sistema educativo es muy malo en idiomas internacionales, y acusadamente bueno, en idiomas locales. En Irlanda, los padres pueden escoger tres posibilidades: gaélico total, gaélico con inglés a pachas, o inglés. La inmensa mayoría de la población escoge inglés porque con ese idioma se pueden comunicar con el 90% del planeta.

Lástima por el gaélico porque pienso que hay que mantener los idiomas locales. Pero creo que la mente humana es tan plástica, sobre todo los niños, que pueden aprender varios idiomas al mismo tiempo.

¿Cuándo tendremos un sistema educativo descollante en idiomas? Desde luego, a juzgar por las iniciativas, en los próximos 20 años seguiremos siendo unos catetos pues si nos fiamos de las escuelas bilingües que anuncia la Comunidad de Madrid, ya nacían con un error gramatical. El cartel decía: Yes, I want... y se quedaba ahí. En inglés, ese acusativo necesita su complemento pues se debe querer algo en concreto. Debería decir: Yes, I want to learn english.

Pero en realidad no querían aprender.

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