OPINION

El mal humor es rentable

bestias
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A todos nos ha pasado eso de entrar en un restaurante y salir maltratado. Camareros vociferantes y de mal humor, en lugar de servirte los platos te los tiran, si le pides algo de más se enfadan y te dicen que ¡ya va!, y las servilletas son tan finas que tienes que usar veinte para limpiarte.

Existía un bar así en Valencia hace muchos años. Era frecuentado por estudiantes universitarios y el dueño siempre se estaba peleando con ellos. Estaba de mal humor. Los estudiantes, como tenían mucha capacidad de aguante y poco dinero, seguían yendo a este bar de "bestias" porque hacía buenos pinchos y el precio era asequible.

Como quiera que el sitio tenía cada vez más clientes, y el dueño era cada vez más antipático, a alguien se le ocurrió hacer eso la marca de la casa. Lo llamó Los Bestias, inventó un menú de nombres horribles, sirvió la cerveza en orinales, sustituyó las servilletas por rollos de papel higiénico, dio cursos de formación para que los camareros insultaran a los clientes, incluyó una lección para tirar los platos de forma ruidosa sobre las mesas, les enseñó a lanzar los cacahuetes a los comensales mientras les decían monos o algo parecido, y bautizó el chocolate de los postres como caca.

[caption id="attachment_2648" align="alignleft" width="87" caption="Cartel de Los Bestias"][/caption]

Un éxito.

Eso me dio que pensar. ¿Cuál es el único país del mundo que puede convertir la mala educación, el maltrato y la grosería en un negocio rentable? España, claro. Este es el país de la gente atrabiliaria. El país donde nadie da los buenos días, donde se grita por teléfono, donde los camareros siempre están de mal humor y en lugar de atenderte, te amenazan. Una marca-país.

Estuve en una franquicia de Los Bestias esta semana y me reí como nunca. Llevé a mi hija y a mi sobrina, y salieron encantadas. Encantadas porque ya tienen algo que contar a sus amigas. Nos lanzaron los cacahuetes, nos sirvieron las bebidas en orinales y nos limpiamos la boca con papel higiénico. Los camareros iban montando el número de las groserías y los insultos por todas las mesas, y la gente se tronchaba de la risa. Por cierto, son simpatiquísimos.

El lugar, según dice en la web, es ideal para despedidas de solteros, cumpleaños "y las fiestas más cachondas y divertidas". Tienen restaurantes en Valencia, Castelllón, Zaragoza y Gandía. El lugar está decorado a lo bestia, con dibujos bestiales y estatuas abestiadas.

No sé las cifras. Pero si está expandiéndose es porque al español le atrae ese reencuentro con la esencia del mal humor.

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