OPINION

En la tragedia de Murdoch, solo falta sexo

Wall Street Journal murdoch
Wall Street Journal murdoch

Cuando Wikileaks comenzó a extenderse por las portadas del mundo entero, los periodistas nos dimos cuenta de que tenía casi todos los elementos de una película de intriga y aventuras: un video sobre un ametrallamiento cruel de periodistas en Bagdad, un país en medio de una guerra, un pequeño grupo de periodistas y hackers unidos por una causa informativa, una persecución contra ellos de la CIA y el Pentágono, y un tipo medio gurú medio visionario que estaba en medio de esta balacera, Julian Assange.

Solo faltaba sexo, dijimos.

Y llegó.

Se le acusó de haber forzado sexualmente a dos mujeres en Suecia. Por esa razón está confinado en Gran Bretaña, a la espera de su extradición.

No es de extrañar que ya haya por lo menos tres libros sobre este enredo colosal, y este hombre enigmáticamente influyente.

Lo que está sucediendo en el grupo News International está tomando el mismo rumbo.

Hasta hace unas horas, tenía muchos ingredientes: unos periodistas pillos que pinchan teléfonos para obtener exclusivas, unos policías de Scotland Yard que se dejan sobornar, el mayor magnate de medios de comunicación, el cierre del mayor periódico del Reino Unido, una mujer que escala de secretaria a directora de ese medio...

Pero hasta ahora, la noticia en España no lograba atraer tanta atención como la que le daban los medios, pues se trataba de un asunto anglosajón medio desconocido para la mayoría (News of the World, ¿qué es eso?), y un hombre de negocios que tampoco es muy habitual en nuestras portadas, Rupert Murdoch.

El domingo por la noche, la cosa comenzó a cambiar cuando se supo que dimitía el jefe de Scotland Yard. ¿Scotland Yard? ¿La célebre, eficaz y siempre recta policía británica? ¿La que ayudaba a Bond y a Sherlock Holmes? Eso era otra cosa.

Pero no solo dimitía el jefe, sino el segundo jefe.

Y el lunes por la noche, se supo que el periodista que denunció las prácticas de News of the World apareció muerto en su domicilio. ¿Muerto? ¿Ha habido alguna conspiración?

Tiemblan las bases del mayor grupo de comunicación del planeta, News International, con 51.000 empleados y unos ingresos de 32.000 millones de dólares.

Dirigido por un ciudadan Kane australiano, posee la cadena de TV más rentable de EEUU, la Fox (gana 800 millones de dólares), el periódico económico más poderoso del globo, The Wall Street Journal, la agencia de noticias financieras más asentada en EEUU, Dow Jones, la cadena de periódicos más vendidos en Reino Unido (News of the World, Sun, The Times...), y parte de un canal de TV muy poderoso en Reino Unido, BskyB. La imagen de los Murdoch ha pasado de los cielos a los suelos en pocas semanas.

Y en su caída ha golpeado dos de las grandes instituciones inglesas: la eficiente e insobornable policía de Scotland Yard, y la profunda y creíble prensa británica. Periodistas y policías salpicados por la corrupción. Su RSC, la responsabilidad social corporativa, está destruida.

Para muchos empresarios, lo que está sucediendo a News International es la prueba de que tu imperio puede pasar de la gloria al infierno en cuestión de días. La acción de News International cae sin freno en Wall Street (un 17% desde el 1 de julio), los políticos le retiran la mano, otros medios les muerden sin piedad...

Y eso que en esta telenovela, solo falta algo para convertirla en un drama digno de los mejores libros de James Bond: sexo.

Y al paso como van las cosas, no tardará en caer.

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