OPINION

El increíble país que derrochó miles de millones en sus autonomías

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En España, hay 84.000 guardias civiles y cerca de 65.000 policías nacionales. Además, 16.000 mossos en Cataluña, 8.200 ertzainas en el país Vasco y  alrededor de 1.100 policías forales navarros. A ello hay que sumar más de 60.000 efectivos municipales de los 8.000 pueblos de España.

En suma, tenemos más o menos a 235.000 personas destinadas a vigilarnos y protegernos. Solo la Policía Nacional y la Guardia Civil nos costaron en 2001 más de 5.000 millones de euros.

La mayor parte de estos datos proceden de la investigación realizada por los periodistas Sandra Mir y Gabriel Ruiz para el libro  "La casta autonómica" (La Esfera de los Libros).  Es una visita guiada al despilfarro de instituciones y funcionarios, de políticos y jueces, en un país que hace más de 30 años eligió el modelo político autonómico. Los casos reunidos por estos periodistas van de los esperpéntico a lo salvaje.

Por ejemplo, el 23 de junio del año pasado, Josep Monrás, alcalde de Mollet de Vallés (PSC), logró que en un pleno se le aprobase la subida salarial de 59.000 euros a 65.000 euros. En realidad, el alcalde quería ganar 78.000 euros pues, como dijo en una rueda de prensa "es el que toca". Y se quedó corto porque según la Federación de Municipios Catalanes, un alcalde de una localidad de 52.000 habitantes como Mollet del Vallés debería ganar 80.000 euros al año, es decir, 2.000 más que el presidente de Gobierno para un país de 46 millones.

¿Más aberraciones del estado de las autonomías? Cada sesión de 'traducción simultánea' de las lenguas del Reino cuesta 11.000 euros. Es decir, unos 350.000 euros al año para que un catalán entienda lo que dice un vasco.

Las locuras del servicio autonómico de salud no se quedan atrás. Si un español se desplaza de una comunidad a otra se encontrará que la sanidad universal no existe. Cada territorio tiene su tarjeta y solo se atienden a los empadronados en esa comunidad. Solución: sacarsde la tarjeta de desplazado, como si se viajara a través de los países de la UE.

Legislaciones comerciales diferentes, tributos desiguales, educación asimétrica... Después de leer este libro, muchos saldrán convencidos de todo lo que se podría ahorrar si se eliminaran la miríada de gastos superfluos de las CCAA.

De hecho, el diario El Mundo hizo ese ejercicio y le salió una cantidad enorme. No hacía falta recortar el salario de los funcionarios ni subir los impuestos. Basta con meter la tijera a la estupidez.

@ojomagico

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