OPINION

El Corte Inglés cierra un ciclo que empezó con una portada polémica

el corte ingles mujeres
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El 8 de marzo de 2006 un periódico publicó una noticia insólita: "El Corte Inglés discrimina a las mujeres". Según el reportaje, la inmensa mayoría de jefes de planta eran hombres. Las mujeres que hacían el mismo trabajo que los varones, ganaban bastante menos. Y por último, la empresa obligaba a las mujeres a usar uniformes (faldas, no pantalones), pero a  los hombres les permitía ir con cualquier traje. El 8 de marzo era el Día de la Mujer trabajadora.

A El Corte Inglés no le hizo gracia aquel reportaje de El Economista firmado por Javier Romera y Ruth Ugalde. Fue una serie que se publicó durante tres días seguidos. Tuvo repercusión hasta en el Handelsblatt, en Alemania, gracias a la corresponsal Stefanie Müller.

Por aquel entonces, yo era el director de ese medio. Hubo gente que nos acusó de usar esa noticia para presionar a la empresa de Isidoro Álvarez y sacarles pasta en publicidad. ¿La verdad? Ni siquiera sabía yo cuántas páginas de publicidad ponía El Corte Inglés en el periódico.

Publicar una noticia 'contra' El Corte Inglés era por aquellos días un gran tabú. No lo hacían ni los medios más asentados y con solera. Era yu-yu.

En un largo editorial que se puede leer aquí, expliqué que una empresa como El Corte Inglés, que siempre salía entre las más admiradas, no podía mantener esa política de personal del siglo XIX. Manifesté mi admiración por el modelo comercial. Pero tenían que tratar mejor a sus empleadas.

Al final, teníamos razón.

Un mes después El Corte Inglés se sentó con los representantes de sus empleados, y acordaron igualar las condiciones de trabajo de ambos sexos. También acordaron permitir a las mujeres llevar pantalones. Y por supuesto, los hombres llevarían uniforme. Pero se dieron un plazo  más largo para cumplir este otro acuerdo.

Ayer, El Corte Inglés presentó en sociedad los uniformes para sus 18.500 varones. Es una forma de equiparar al hombre y a la mujer. Era lógico. Además, hoy día, la empresa de Isidoro Álvarez ya asume que de vez en cuando puede ser objeto de críticas. Como cualquier otra.

Para mí se cierra un ciclo. Y supongo que para aquel equipo de El Economista también se cierra un ciclo.

Vivimos entonces unos momentos inolvidables porque habíamos roto la barrera del sonido. Aún quedan algunas barreras en las empresas españolas. Por eso, el periodismo económico tiene una enorme tarea por delante.

@ojomagico

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