OPINION

La verdadera cena de los idiotas: cuando se perdió la oportunidad de comprar Google

Altavista-1999
Altavista-1999

El próximo lunes 8 de julio cerrará Altavista, el buscador de internet más popular del planeta... hasta que llegó Google.

Fue lanzado en 1995 y se comió casi todo el mercado de inmediato. Era un ejemplo de 'historia de éxito'. Nadie le podía desafiar porque en aquellos años el planeta entero usaba Altavista para encontrar información.  Hoy nadie se acuerda. Sobre todo los que hayan nacido en la década de los noventa.

Los ejecutivos de Altavista deben estar comiéndose los dedos de pura rabia. Porque ahora podrían ser los puñeteros amos de internet. En 1998 les pasó 'la oportunidad de su historia' por delante de las narices. Pero la desecharon.

Fue en una cena, en marzo de 1998. Paul Flaherty, doctor por Stanford y padre de Altavista, había quedado a cenar en el restaurante Mandarin Gourmet de Palo Alto con dos chavales del gremio.

Eran Larry Page y Serguei Brin. Iban a patentar un sistema de clasificación de páginas web al que llamarían Page Rank. Ese sistema mejoraría los resultados de búsquedda de cualquier buscador. Y dado que Altavista era el buscador más poderoso, a lo mejor le interesaba pagar ¿un millón de dólares quizá?

Con ese 'kilo', Brin y Page retornarían a Stanford a terminar sus estudios universitarios.

Una pila de papeles

Flaherty les explicó que la base de datos de Altavista era tan gigantesca que formaría una pila de papel de unos 100 kilómetros de altura, y que su motor de búsqueda era tan potente que podría sacar cualquier palabrita en medio segundo.

Brin y Page estaban impresionados, pero no acoquinados. Le dijeron a Flaherty que el sistema de clasificación Page Rank se basaba en dar importancia a los enlaces. Es decir, si a una página web apuntaban muchos enlaces, como por ejemplo la de la Universidad de Harvard, significaba que la gente estaba señalando qué es lo que debería aparecer primero cuando se pusiera la palabra 'universidad'.

No está mal, pero...

Flaherty reconoció que era brillante esa idea. Pero eso no resolvía otros tropiezos como evitar que los expertos entraran a manipular tu web. Bah, dijeron Brin y Page. "Eso no nos preocupa. Estamos dispuesto a compartir nuestra tecnología con cualquiera". La cena acabó.

Pasaron las semanas, Flaherty lo consultó con Digital Equipment, dueña de Altavista. La respuesta de Flaherty fue la siguiente: "Chicos, los de ingeniería no están muy abiertos a la tecnología exterior. Tienen una actitud muy negativa hacia lo 'no inventado aquí'".

Además, los dueños de Altavista pensaban que su propio buscador no era lo mejor que tenían: podían usar esa  tecnología para dar noticias, para comprar, como correo electrónico, en fin...

Brin y Page trataron de vender su buscador. Fueron a más empresas. A Excite, a Yahoo.

Al final, se decidieron montárselo por su cuenta. Estuvieron dándole vueltas al nombre.

Lo llamaron Google.

PD: Años después Yahoo! compró Altavista. Acaba de anunciar que la cierra.

He tomado la información, las citas, y las frases de "Google, la historia", de David Wise. (Editado La esfera de los Libros)

 @ojomagico

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