OPINION

Palmer Luckey: 21 años y multimillonario tras vender sus gafas virtuales a Facebook

oculus portada
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Palmer Luckey (en la foto, de su blog) es uno de esos chicos que nunca ha ido a una escuela normal, sino que fue escolarizado en casa, el home schooling que se permite en EEUU. De adolescente, se convirtió en un experto en arreglar iPhones y luego trabajó como ingeniero para el Instituto de Tecnologías Creativas de la Universidad de California Sur.

Cuando tenía 19 años, se unió con Brendan Iribe, que había trabajado en una empresa de juegos en red, y se pusieron a desarrollar unas gafas de realidad virtual para los amantes de los videojuegos. Llamaron a la empresa Oculus (en latín, ojo).

Palmer y Brendan pidieron 250.000 dólares a través de la plataforma Kickstarter. Sorpresa: a través de esa web de crowfunding consiguieron reunir dos millones de dólares para Oculus. Luego, obtuvieron 90 millones de dólares adicionales de los venture capitalist que aman estas nacientes empresas de Nuevas Tecnologías.

El problema con las gafas que simulan 3D es que producen mareos. Pero parece que Oculus lo ha resuelto bastante bien con sus pantallas de 7 pulgadas y su revolucionaria tecnología 3D.

Su modelo Rift, solo para desarrolladores y que cuesta 255 euros,  empezó a recibir elogios de la prensa especializada desde el principio. La revista Wired lo calificó como "increíble para video juegos, y el futuro del cine", según afirmaba la cuenta en Twitter de @Oculus. Y la revista sueca PC Gamer le dedicó una portada explosiva (ver foto).

Cuando se presentó en la feria de los videojuegos más importante del mundo, la E3, en mayo pasado, causó verdadera sensación. Los que no se había fijado en esta pequeña empresa de Irvine, le prestaron atención.

La revista Forbes eligió a Palmer como una de las 30 jóvenes promesas menores de 30 años por haber fundado una empresa que, con 50 empleados, ya estaba causando sensación en el mundo de los videojuegos.

Hasta que un día de noviembre de 2013 Mark Zuckerberg, dueño de Facebook, visitó la sede de Oculus, y dijo que las gafas eran diferente a lo que hasta ahora había visto. Vio incluso el negocio.

"Imaginaos disfrutando de un asiento frente a una cancha en un evento deportivo, estudiando dentro de un aula con alumnos y profesores de todo el mundo, o consultando a un médico cara a cara, con sólo ponerse estas gafas", diría Zuckerberg.

Hace una semana y media Oculus recibió la oferta. Y en cuestión de días la aceptó. 1.446 millones de euros.

Ahora, Palmer Luckey, 21 años, es multimillonario. Ayer mismo atendía a una entrevista on line a través de la plataforma Reddit y decía que iba a seguir en la compañía y que Facebook les daba plena libertad para seguir innovando.

Pensábamos que con la venta de WhatsApp y la salida a bolsa de Twitter, estas empresas de escaso negocio y mucho futuro (por decir algo), estaban rompiendo los esquemas.

Pero lo de Palmer ha batido los récords: en dos años, sin producto al gran público ni clientes, Oculus ya vale 1.446 millones de dólares.

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