OPINION

La pérfida historia de Obiang, su hijo Teodorín y el petróleo de Guinea

teodoro obiang
teodoro obiang

En los años 90 llegó una gran noticia a Guinea: se hallaron bolsas de petróleo en Rio Muni y en Bioko. La multinacionales norteamericanas comenzaron a firmar contratos, y hoy día se estima que ese pequeño país del tamaño de Badajoz, produce unos 289.000 barriles al día (según BP Statistical Review).

Con el precio del barril a 100 dólares más o menos, eso quiere decir que el país ingresa casi 29 millones de dólares al día. ¿Cuánto se queda Guinea? ¿Cuánto va a las multinacionales?

No se sabe con certeza. Supongamos que Guinea se queda mitad de esos ingresos (en sus países vecinos la cuota es mayor). Eso quiere decir que cada día entrarían en las arcas del estado guineano unos 14,5 millones de dólares.

Si se repartiera esa cantidad entre el pueblo (hay 750.000), cada uno de ellos tendría asegurada una cantidad anual de  7.000 dólares al año.  Sólo por el petróleo. Los organismos mundiales calculan que la renta per capita de Guinea es casi tres veces esa cantidad porque produce más petróleo del que calcula BP, porque vende gas licuado y porque exporta cacao, maderas nobles y caña de azúcar.

Sin embargo, Guinea es uno de los países más pobres de Africa. El Índice de Desarrollo Humano de la ONU le pone en el puesto 136. El 80% de la población vive muy muy mal. No hay refinerías de petróleo. No hay suficientes plantas generadoras de electricidad. No hay infraestructuras. El país se cae a pedazos.

¿Y a dónde va a parar la pasta del petróleo y el gas? A Teodoro Obiang y su familia.

Guinea se independizó de España en 1968. El país africano fue gobernado entonces por Francisco Macías Nguema. Liquidó a la oposición y se convirtió en dictador. Diez años después hubo un golpe militar dado por Teodoro Obiang, su sobrino.  Desde entonces, se ha mantenido en el poder manipulando las elecciones, suprimiendo a la oposición y hasta la libertad, según denuncia Human Rights Watch. Un sacerdote salesiano español fue detenido por 'pensar'. Y el corresponsal de El Mundo Javier Mellado, fue registrado por la policía en el aeropuerto por hacer entrevistas. Le dejaron desnudo.

La familia Obiang y su tribu son inmensamente ricos gracias al petróleo. Pero la mayoría de los guineanos es pobrísima.

Una prueba de esa corrupción es que en 2012, la policía francesa entró en un edificio en París al que se podía calificar como  'palacio de las mil y una noches'. El diario El País lo definía así: "5.000 metros cuadrados divididos en seis pisos y 101 habitaciones llenas de muebles y objetos de lujo: un comedor con columnas de coral y 500 platos de colección, una mesa de cristal de 20 metros de largo, un dormitorio de 200 metros cuadrados, ropa de marca, joyas y vinos valorados en millones de euros, una sala de juego estilo Las Vegas, discoteca insonorizada con luces en el suelo e incluso una peluquería".

Estaba a nombre de Teodorín Obiang, hijo del dictador. Teodorín es ministro de Agricultura y Bosques tenía allí una cohorte de sirvientes a los que exigía que le llamasen 'su excelencia'. El piso en París se debía a que era delegado de la Unesco.

La investigación judicial partió de una denuncia de la ONG Transparencia Internacional, que acusó a su padre y a a familia Obiang de estar desviando fondos estatales guineanos.

La policía se llevó varios contenedores con joyas, enseres y objetos de lujo. Entre ellos, un reloj Piaget Polo con 498 diamantes incrustados por valor de 598.000 euros.

http://youtu.be/CKau1xE3xwc

Teodorín Obiang es famoso como ministro de Agricultura y Bosques por pedir comisiones a las empresas madereras, y por salir en un video anunciando créditos blandos a los agricultores, sentado junto a una pila de dinero y aplaudiéndose a sí mismo.

Como saben, se había programado que Rajoy cenase junto a Teodoro Obiang esta semana durante un encuentro en Bruselas en la Cumbre UE-Africa. El presidente español se escabulló al final. Es lo menos que podía hacer.

Pero España no pudo evitar, o no quiso, que Obiang diera una conferencia en el Instituto Cervantes (ver foto). ¿A qué pacto hemos llegado para dejar que ese corrupto hable en una sede oficial española?

La gran moraleja de esta historia es que los países no son ricos por el petróleo sino por sus gentes. Guinea es un país rico en petróleo y materias primas. Podría hacer rica a toda la población si repartiera esa riqueza. Pero como tiene un gobierno corrupto, es un país pobre.

En cambio Noruega que era un país pobre hasta que descubrió petróleo en el mar del Norte en los años 60, ha repartido esa riqueza entre sus habitantes. Noruega no solo es un país rico, sino que ocupa el primer lugar en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU. Año tras año.

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