OPINION

Un reloj atómico combatirá a las máquinas de especulación de alta frecuencia

atomic clock
atomic clock

Imaginen que vivimos en el siglo XIX. Ustedes envían a Bilbao a un mensajero a caballo y a otro en tren con la misma instrucción. ¿Cuál llegará antes antes a Bilbao? El que va en tren, lógico.

Cuando un banco quiere comprar o vender acciones, envía una señal electrónica a la bolsa. ¿Qué pasaría si alguien se adelantara unos milisegundos? Que realizaría la compra-venta antes que el banco. ¿Y si en esos milisegundos moviese millones de acciones?

Que ganaría mucho dinero.

Esa diferencia de velocidades es la que explotan las llamadas máquinas de High Frequency Trading. Los relojes de las instituciones financieras no están sincronizados a la misma velocidad. Los algoritmos empleados por las HFT aprovechan ese mínimo retraso pues trabajan con velocidades de microsegundos. En esos microsegundos pueden mover hasta 28 millones de acciones, y ganar mucho dinero.

Los gobiernos de todos los países están seriamente preocupados por esta forma ultrarápida de comprar y vender… Sobre todo porque las máquinas HFT apabullan al pequeño inversor, que no tiene la capacidad de competir con estos galgos.

Pero a las malditas máquinas HFT les ha salido alguien más listo. Los relojes atómicos.

Un reloj atómico va a conectar dentro de poco las principales empresas financieras de la Bolsa de Londres. Su misión consistirá en poner todos los relojes a la misma velocidad, según informa la publicación británica New Scientist.

¿Y en qué se basa un reloj atómico?  En realidad, los relojes atómicos se usan para determinar con exactitud a cuánto equivale un segundo. Los científicos determinaron que la mejor medida era el electrón de cesio: ‘salta’ de un campo de energía a otro unas 9.000 millones de veces por segundo. Para entendernos, es como si para determinar cuánto dura un segundo, nos fijáramos en cuánto tarda en caer una pelota de baloncesto desde la altura de la cabeza de Pau Gasol.

No es que el reloj atómico sea más rápido que los algoritmos. Es que al conectar TODO el sistema financiero de Londres a este reloj que está ahora en el National Physical Laboratory de Teddington (foto de arriba), a 25 kilómetros, por fibra óptica, no habrá máquina que pueda aprovechar ningún retraso de tiempo. Bancos, sociedades de bolsa y financieras estarán bailando al mismo ritmo.

Un golpe bajo a las HFT.

Para ser honestos, el reloj atómico de Teddington tiene un pequeño retraso: un segundo cada 138 millones de años. Nadie es perfecto.

Seguir a @ojomagico

-El genio matemático que denunció a Wall Street

-Algunas cosas que nunca te dijeron sobre la 'increíble' educacion en Finlandia

.

Mostrar comentarios