OPINION

La tumba de Cervantes: ¿a quién le interesa un montón de huesos?

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Hay gente que cuando se entera de que alguien está buscando la tumba de Cervantes, exclama: "¿a quién le interesan un montón de huesos?".

Entre otros, le interesa al historiador Fernando de Prado Pardo. Los está buscando desde hace cuatro años. ¿Por qué? Porque a nadie  se le ocurrió en 400 años.

Ha logrado que le acompañen dos personas que son punteras en su especialidad: Luis Avial, de la empresa de georadar Falcon High Tech, y a Francisco Etxeverría, el antropólogo forense más prestigioso de España. Y un largo equipo de técnicos, antropólogos y especialistas.

Ya han localizado varios sitios bajo el convento de las Trinitarias de Madrid donde podría descansar Cervantes. ¿Y por qué interesa tanto un montón de huesos?

Pongamos una comparación. Shakespeare murió el mismo año que Cervantes: 1616. Fue enterrado en Stratford-upon-Avon, un minúsculo pueblo al sur de Birmingham que habría pasado desapercibido en los mapas de Gran Bretaña si no fuera por... ¡Shakespeare!

Cada año ese pueblito recibe 3 millones de visitas. ¿Acaso le visitan por sus mundialmente ignoradas fábricas de aluminio? No. Los turistas van allí a visitar la tumba del dramaturgo inglés en la iglesia de la Santísima Trinidad (ver foto arriba). El pueblo vive de los huesos de William Shakespeare. Se hacen representaciones de sus obras. Se vende quincalla. Cuadros. Libros, libretos, marcos para fotos, llaveros...

Supongamos que cada turista se gasta 35 libras en el pueblo. Eso son más de 100 millones de libras al año. Si pudiéramos repartirlas entre los 23.000 habitantes, serían unas 4.500 libras por habitantes. Les tocó la lotería.

¿Qué pasaba con los huesos de Cervantes? Pues que no se sabía si aún estaban allí. El convento donde fue enterrado sufrió transformaciones durante el siglo XVII, fue abandonado algunos años y nadie sabe si un día alguien agarró los huesos y los cambió de lugar.

Mientras que todo el mundo puede ver el sarcófago de Shakespeare (foto superior), nadie ha visto algo parecido en el convento de las Trinitarias de Madrid. Las placas que hablan de que allí está Cervantes fueron adosadas en la pared para evitar que en la Primera  República algunos locos destruyeran el convento.

Pero eso era todo.

¿Cuál puede ser el impacto de descubrir para la humanidad los huesos de Cervantes? El delegado de las Artes, Deportes y Turismo del Ayuntamiento de Madrid, Pedro Corral, calculó que el simple hecho de anunciar que se iban a empezar las investigaciones, generó una marea mundial de noticias de tal calibre que, si se hubiera convertido en publicidad, habría valido 16 millones de euros. Por eso, el Ayuntamiento está apoyando uno de los proyectos más fascinantes de la ciudad en los últimos años.

La primera fase ya está completada: se han encontrado varias anomalías bajo el convento que pueden ser enterramientos. Unos siete, tal como dicen los documentos históricos. También hay una cripta con otros 25 o 30 enterramientos, que son los capellanes a lo largo de 400 años. Existe la leve sospecha de que, en algún momento, se hayan trasladado los restos de Cervantes de su sarcófago a la cripta.

La segunda fase desvelará en cuál de esas dos zonas está el escritor. Tardará unos meses en saberse pero es posible que antes de 2015 ya haya resultados. Será emocionante.

Dentro de dos años, se cumplen 400 años de la muerte de Cervantes. La maquinaria para celebrar ese acontecimiento se ha puesto en marcha. Si se sabe aprovechar de forma inteligente, puede representar una enorme cantidad de dinero para una capital que ha perdido turistas en los últimos años. Y sobre todo para las monjas trinitarias del convento, algunas de las cuales llevan 50 años allí rezando.

Imaginen: entre libros, llaveros, imágenes de los personajes del Quijote, bares y restaurante del barrio de los Austrias, teatros, bufandas, platos, plumas y todos los souvenirs, pueden suponer quintales de ingresos.

Entonces, sabremos de verdad lo que vale un montón de huesos.

Pero para Fernando de Prado, el historiador que capitanea esta aventura, hay un valor más importante que el turismo cultural: Cervantes y su Quijote son lo más universalmente conocido de España. Cervantes fue uno de los grandes expansores del idioma español. Fue el inventor de la novela moderna, un soldado valeroso en Lepanto y un hombre cuya vida es más interesante, aventurera y epopéyica que los genios europeos de su época.

Poder decir ¡lo encontramos! será el mejor homenaje a su genio.

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