OPINION

¿Alguien quiere dar las gracias a los latinoamericanos que se fueron por la crisis?

image
image

Cuando estalló la crisis en 2008 había cerca de dos millones de latinoamericanos en España.

Ahora están escapando en masa.  En los últimos dos años han salido unos 150.000 según el INE. La falta de trabajo les está expulsando de nuevo a sus países.

¿Se acuerdan de las tonterías que se decían hace 15 años?

Mucha gente decía que les estaban quitando los puestos de trabajo a los españoles. Cierto: estaban ocupando puestos de trabajo, pero eran los puestos que no querían los españoles. Recuerdo que muchos empresarios se quejaban a principios del siglo XXI de que no encontraban españoles para recoger las cosechas, o servir en las cafeterías. Su puesto fue ocupado por latinoamericanos.

Poco a poco, estos inmigrantes fueron mejorando su poder adquisitivo y entonces se pusieron a comprar pisos.  Las cajas de ahorros y los bancos encontraron unos clientes estupendos. ¿Saben por qué? Porque los inmigrantes eran los primeros en cumplir las leyes. Era la mejor forma de integrarse y de agradecer la oportunidad que le había dado el país.

Detrás de los inmigrantes vinieron sus familias. Se trajeron a los hijos. Como venían de un nivel educativo muy bajo o sin nivel educativo, bajó el nivel medio de muchas escuelas públicas. Y los hijos de las familias españolas que sólo podían escolarizar a sus hijos en escuela públicas sufrieron el impacto.

Solo el esfuerzo de las comunidades autónomas por integrar a los extranjeros a través de refuerzos escolares ha evitado la segregación social. Es algo que ha pasado desapercibido. Pero que se ha logrado también gracias a la generosidad del español medio.

Chinos, Europeos del este, y sudamericanos se han integrado gracias a ese esfuerzo de los gobiernos locales y de los ciudadanos.

Los sudamericanos han contribuido a la riqueza general del país con su esfuerzo. Ahora, se baten en retirada por culpa de  una de las mayores crisis financieras de la historia.

Vamos a ser francos: no todo fue tan bonito. Sucedió el efecto escapada: muchos dejaron de pagar las hipotecas o tiraron las llaves de su piso al banco. ¿Iba el banco a perseguirles a sus países? Eso lo hemos pagado todos recatando a muchas entidades.

Ha habido también bandas latinas que aterrorizaban barrios enteros, costumbres que algunos arrastraban de sus países como el maltrato a la mujer o tendencia al alcoholismo. Pero la inmensa mayoría de los que se van fue eficiente y trabajadora y se va con un grato recuerdo. Y los españoles también.

En el fondo, nos están devolviendo una visita que les hicimos hace 500 años. Lo menos que se puede hacer es darles las gracias.

Mostrar comentarios