OPINION

Fernando Corbató, el hombre que inventó el 'password' reconoce que... no es seguro

Fernando_Corbato
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Casi nadie habla de Fernando Corbató, el hombre que contribuyó a la invención del famoso password que nos sirve para acceder a cuentas de forma cifrada.

A pesar de su nombre, no es español sino estadounidense. Tiene 88 años, nació en Oakland, California y se formó en el Instituto Tecnológico de California y en el Instituto Tecnológico de Massachussets.

Hace unos meses, The Wall Street Journal le entrevistó y puso el siguiente titular: "El hombre detrás del primer password empleado por un ordenador". Fue en los 60 del siglo pasado en el MIT.

"Estábamos compartiendo un ordenador central y teníamos un archivo de disco común. La gente no estaba acostumbrada a compartir en esos días... Querías evitar a la gente que husmea en los archivos de los demás".

Esa forma de compartir se llama CTSS. Y permite que varias personas usaran el mismo ordenador al mismo tiempo, trabajando en diferentes niveles gracias a las cuentas de cada uno. Así nació el password o contraseña.

El ingeniero relata en la entrevista cómo ya entonces, en el MIT, había científicos que hackeaban las cuentas de los demás. Uno de ellos, Allan Scherr, aprendió a trampear en las  cuentas de otros científicos para ampliar el tiempo de uso del ordenador central, entonces limitado a cuatro horas por persona.

Cuando el periódico contactó con Scherr, que hoy tiene 73 años, reconoció que al entrar en las cuentas de sus colegas, puede haberse convertido en el primer hacker de la historia. "Es algo por lo que puedo hacerme famoso, ¿no?", dijo con sentido del humor.

Entonces era algo muy local y reducido. Pero con la extensión de internet, todos vamos abriendo cuentas y claves que al final se convierten en un pandemónium. Primero, porque queremos evitar los agujeros que aprovechan los hackers. Y segundo porque la gente debe recordar tantas claves, que "se ha convertido en una pesadilla", dice Corbató.

¿Cómo nos las arreglamos? De la misma forma que Corbató. Manteniendo una hoja de claves. Incluso esto es fácilmente 'hackeable' pero Corbató dice que no le importa porque ya no guarda asuntos secretos de gran importancia.

Corbató tiene 150 claves. O sea tres folios rellenos de cifras y letras.

En España, Corbató no es muy conocido. Ricardo Gallir, fundador de meneame.net, le dedicó un artículo en 2007 y este año, ha vuelto a recordar al padre de las contraseñas.

Sin Corbató, no sería tan fácil tener cuentas seguras en bancos o disponer de correos electrónicos. "Las contraseñas no gozan de un altísimo nivel de seguridad, pero son suficientes para protegernos de los curiosos". Por cierto, reconoce que jamás se imaginaron la llegada de internet tal como lo conocemos. "No lo previmos".

(La foto es de @Jason Dorfman, MIT CSAIL)

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