OPINION

Cristina Fernández se traga su soberbia porque los buitres la ponen en su sitio

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Argentina está técnicamente sumida en una nueva suspensión de pagos. No puede pagar sus deudas. Eso es un default.

Es una de las cosas peores que le puede pasar a un país porque a partir de entonces, los prestamistas harán dos cosas: o no prestarte, o prestarte muy caro. Incluso se comportarán como usureros cobrándote unos intereses demenciales. Tu país pierde la fama y puede sufrir la inflación, la devaluación y un montón de desastres.

En resumen, pierdes soberanía económica. Al final, como los prestamistas tienen la fuerza (el dinero), tendrás que someterte y humillarte.

Ahora bien, en el caso de Argentina, ¿quién la metió en este embrollo? La propia Argentina. Fue ese país el que pidió dinero en los años 90, y fue ese país el que luego no quiso devolverlo. Eso sucedió en 2001 cuando el país suspendió pagos y desde entonces Argentina ha ido negociando su deuda con los prestamistas internacionales.

Unos aceptaron rebajar la deuda (la quita), como un hermano o un amigo que nos perdona parte de nuestras deudas. Pero otros prestamistas se negaron a rebajar las deudas de 1.500 millones de dólares y han estado peleando con el país latino desde entonces. Exigiendo, como Shylock en el drama de Shakeeare, que Argentina pagase aunque fuese con un trozo de su carne.

Y han ganado la partida porque la justicia norteamericana ha dicho a Argentina que o paga esa cantidad, o le embarga lo que pille. De hecho le ha embargado un pago que hizo Argentina a otros prestamistas (bonitas) por 539 millones de dólares. Las agencias de calificación financiera han dicho que como Argentina no paga, está en default.

Por eso es tan patético ver a una presidenta como Cristina Fernández de Kirchner tratando de demostrarnos que eso no es un default.

La presidenta argentina está recibiendo una lección por haber sido tan soberbia. Fue soberbia con España cuando nacionalizó YPF, la petrolera comprada por Repsol, y fue soberbia cuando envió a funcionarios de su gobierno a humillar a los ejecutivos españoles, entrando en las oficinas de Repsol-YPF en Buenos Aires y tratándoles como si fueran delincuentes.

Ahora, se ha tenido que tragar esa soberbia. Y encima, quien le ha puesto en su sitio son los 'fondos buitre'. El nombre lo dice todo. Son inversores que compran deuda devaluada, por ejemplo, un bono argentino que valía 10.000 dólares, y debido a la quita, ahora vale 4.000. Los fondos buitre se quedan con esos 4.000 pero pelean en los tribunales, para que el gobierno argentino les pague todo: o sea 10.000 dólares.

Y lo han conseguido, humillando nada menos que a la presidenta argentina. Se quieren cobrar su libra de carne.

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-Parábola de los españoles boludos que explotaron a los argentinos buenos

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