OPINION

Bienvenidos al país más tacaño de Europa

Angela Merkel Supermarkt
Angela Merkel Supermarkt

Una vez le pregunté a un consejero de la embajada alemana en Madrid por qué en Alemania casi no se usan tarjetas de crédito. "Porque los alemanes solo gastan lo que tienen en la cuenta corriente. No se endeudan".

Me explicó que sus compatriotas sacan cada lunes dinero del cajero para los gastos de la semana. "Y se gastan solo eso". Son muy disciplinados. También buscan los precios más baratos. Los grandes supermercados de descuento de Europa son alemanes: Lidl, Aldi, Tengelman. Hace poco, me llamó un amigo desde Alemania. Me dijo con efusión: "¡He encontrado un sitio más barato que Lidl!". Estaba contaminado. Pobre.

Los alemanes huelen una oferta y se la comunican a la velocidad del rayo. Aunque sean cinco céntimos o dos, van corriendo a ahorrar.

Uno de los programas de TV más populares se llama Raus aus den Schulden (Fuera deudas). Lo protagoniza Peter Zwegat, un hombre de 64 años que firma autógrafos cuando sale a pasear. Peter ofrece consejos sobre cómo ahorrar, cómo afrontar desahucios o cómo negociar con las poderosas compañías de energía. Es tremendo. Un Robin Hood alemán.

Lo que les gusta a los alemanes de su canciller es que es tan ahorradora como ellos. Más de una vez se le ha visto haciendo la compra en un súper y mirando los precios. En marzo de 2012, después de firmar un pacto fiscal que significaba austeridad y más austeridad para todos los europeos, Merkel paró en un súper y compró pimiento, col, aceitunas y una botella de vino. La foto salió en Bild. Nadie se sorprendió. Por eso la llaman 'mami' (mutti).

¿Era una foto propagandística?

Al año siguiente, un fotógrafo de El País que se metió en un súper de Berlín a hacer la compra, se quedó sin aliento cuando vio que delante de él estaba la canciller tirando del carrito. No había fotógrafos ni jefes de prensa. Era un día cualquiera. La imagen es tan normal, que los alemanes pasan a su lado como si nada. (Vean la imagen de arriba).

La parte negativa de tanta austeridad es que se cae en la tacañería. Me explico.

Uno de los principales problemas de Europa ahora es la baja inflación. Estamos rozando la deflación. Una parte de eso, según los economistas, se debe a que los alemanes son unos tacaños. No gastan ni para pipas. Al ser la economía más poderosa de Europa, con más de 80 millones de consumidores, bastaría que se dieran un 'pequeño homenaje' para que el resto de Europa comenzara a venderles más frutas, hortalizas, espaguetis, salmones o libros de Voltaire.

Ser austero está bien. Pasarse de austero es ser un roñoso.

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