OPINION

¿Qué es peor: defraudar a Hacienda o defraudar a la gente que confió en ti?

fdez villa
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En Nochevieja de 1992, un grupo de mineros estaba encerrado en el pozo Barredo de Mieres para protestar contra el deseo del gobierno de cerrar algunas minas.

El 1 de enero nos permitieron a  los periodistas bajar  casi 300 metros por la 'jaula', y entrevistar  a los 36 mineros encerrados. Llevaban casi 10 días sin ver la luz. Estaban rodeados de goteras, charcos y humedad. Aunque todos sabíamos que eso era luchar contra el destino (salía más barato traer carbón de Sudáfrica que sacarlo de Mieres), no dejábamos de admirar el tesón con el que los mineros luchaban por sus puestos de trabajo.

Entre los encerrados estaba José Angel Fernández Villa. Eera como el Gandhi del carbón. Testarudo, peleón, duro negociador, el líder del SOMA-UGT logró entre otras cosas un retiro dorado para muchos mineros, dorado entre comillas porque muchos de ellos se prejubilaban con los pulmones llenos de polvo de carbón, la terrible silicosis.

Hablé con Fernández Villa y le pregunté por su lucha, allí a 272 metros bajo tierra. "Cuando se sabe lo que se quiere, la dureza se supera", dijo.

Puse esta frase en mi información, donde además relaté cómo habían pasado las Nochevieja. En lugar de las campanadas, los compañeros de la superficie hicieron funcionar la berrona (la sirena) doce veces. Y así los mineros encerrados pudieron comerse sus uvas a tiempo.

Recuerdo que al paso de los días, no pudieron resistir más y salieron a la superficie. Mujeres, hijos, amigos y familiares les estaban esperando en la bocamina. Muchos lloraban. Había un enorme silencio. Aquello no había servido para mucho.

El Estado destinó cientos de millones de euros para cerrar minas, prejubilar a trabajadores del carbón, reindustrializar la comarca y tapar aquella herida. Era el fin de la minería asturiana.

Pero desde luego, no fue el fin de Fernández Villa. El líder minero acumuló un patrimonio de 1,4 millones de euros. Aprovechó la amnistía fiscal de Montoro de 2012 y declaró tener esa cantidad. Había ocultado esta información a Hacienda'. Se retiró de la lucha obrera pocos meses después.

Nadie lo supo hasta hace pocos días. Fernández Villa (como Jordi Pujol) tenía un patrimonio enorme. ¿De dónde obtuvo ese dinero? Presumiblemente de los fondos del Estado para ayudar a la minería. Nuestro dinero. Así cayó otro mito.

Al final, uno no sabe qué es más dañino: si saber que han defraudado tanto dinero, o comprobar que esas personas han defraudado la confianza que mucha gente puso en ellas.

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