OPINION

De la caridad medieval a las tarjetas 'black': breve historia de Caja Madrid

caja madrid monte
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La Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid (hoy Bankia) tiene su origen en los Montes de Piedad de la Edad Media. Los pobres no podían afrontar los intereses usurarios de los prestamistas de modo que la Iglesia creó un sistema por el cual un pobre podía empeñar una alhaja y recibir dinero a cambio. Era una obra social.

A las cajas se les llamaba Monte por su origen italiano: Monte di Pietá. En ese país todavía hay bancos que conservan el viejo nombre como Monte dei Paschi.

Al parecer quienes crearon estas instituciones de beneficencia fueron las órdenes mendicantes. Hay historiadores que establecen como precursores a los caballeros templarios, que actuaron como expertos banqueros en su tiempo para financiar las campañas en Tierra Santa.

En Castilla las instituciones de beneficencia eran las 'Arcas de Limosna' o 'Arcas de Misericordia'. Fueron creadas en 1453 en el reinado de Juan II para proveer de ayuda dineraria a los pobres y evitar la usura.

En Italia, los primeros Montes de Piedad se crearon en 1458 y se extendieron pronto por todo el país.

¿Cómo funcionaban?

Una persona empeñaba algo de valor y a cambio recibía una cantidad y un documento para reclamar ese objeto. El préstamo duraba un año, al cabo del cual se podía rescatar la cosa empeñada devolviendo el dinero. Si no se rescataba, entonces  se subastaba lo empeñado.

Teóricamente, los Montes de Piedad no podían cobrar intereses por el dinero prestado. Muchos consideran que eran los antecesores de la banca actual, pero otros consideran más bien que fueron los pioneros del microcrédito.

Los beneficiarios eran mayormente gente de la ciudad que se había empobrecido y a la cual le quedaban pocas posesiones. Con estas casas de empeño, los pobres lograban obtener una liquidez que no hubieran podido conseguir de otro modo.

Con el tiempo, los montepíos se convirtieron en cajas de ahorro donde el Estado empezó a tener una presencia destacable. No son sociedades anónimas (como los bancos), sino fundaciones de interés social. Deben destinar una parte de su beneficio a obras sociales.

Al estar manejadas por un conjunto de políticos, empresarios, sindicatos y particulares, y al olvidar su interés social, las cajas de ahorro perdieron su alma. La prueba es que en España se dedicaron a prestar dinero a obras insólitas y ruinosas. Quebraron.

También fueron usadas por sus directivos para repartirse fondos oscuros que no pasaron ningún control. Las tarjetas black.

De las 47 cajas que existían en España hace cinco años, apenas quedan unas pocas.

Caja Madrid era un coloso. Todavía siguió cumpliendo con su origen pues el Monte de Piedad persiste, pero a través de una Fundación y ya desgajado de Bankia. Allí, en la Plaza de Celenque de Madrid, se pueden empeñar joyas a cambio de dinero. Las subastas de alhajas y objetos de valor no recuperados por los dueños son célebres entre los compradores de oro. Un recuerdo medieval.

Así que imaginen: de casa de empeño para ayudar a los pobres, a coto de tarjetas black para darse festines, viajes colosales y compras de delicatessen.

Si los frailes levantaran la cabeza...

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Las tarjetas 'black' de Caja Madrid: historia de los seres insaciables

¿Qué es peor: defraudar a Hacienda o defraudar a la gente que confió en ti?

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