OPINION

¿Por qué no dar al pueblo los millones que se han inyectado en los bancos?

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¿Qué está pasando aquí? Los bancos centrales están inyectando asombrosas cantidades de dinero en todo el mundo y han bajado los tipos de interés casi al cero absoluto.

Pero las grandes economías están estancadas. No crecen.

En Europa, el BCE ha estado facilitando dinero a los bancos durante la crisis. Pero Italia y Francia están estancados o en recesión. Hasta Alemania está creciendo menos.

La última idea del BCE es inyectar aún más dinero: 1 billón de euros (con b) a partir de 2015.

En Estados Unidos, la Fed ha estado inyectando mensualmente 80.000 millones de dólares en un acto llamada Quantitavive Easing (facilitar dinero). A finales de este mes se plantea si cortar el grifo. Todo el mundo pide a gritos que lo mantenga abierto porque en caso contrario podemos caer en la recesión.

Japón no se libra de esta enfermedad. Desde hace meses, lleva inundando su sistema financiero con dinero sin coste, a tipos de risa. Pero la economía ni se mueve.

¿Por qué?

El problema no es el dinero que inyectan los bancos centrales sino dónde se queda. Se queda en los bancos. Es decir, no llega al pueblo, dicho mal y pronto.

Porque los bancos, en lugar de facilitar préstamos a familias y pequeñas y medianas empresas, prefieren jugar con el dinero comprando deuda de estado o bonos. Compras dinero al 0,15% y luego lo inviertes en deuda del estado español. Las letras a 6 meses ya te dan el 0,18% con lo cual ganas un pico.

Dinero seguro con el aval del estado. ¿Para qué molestarse en prestar a Don Pepe y Doña María?

Para que la economía sintiera de verdad una sacudida, buena parte de esos millones deberían acabar en manos del pueblo llano. Eso es lo que proponía hace poco un artículo de la publicación norteamericana Foreign Affairs. "Los bancos centrales deberían dar dinero directamente a la gente", dice.

"En la década de los 30, el economista británico John Maynard Keynes propuso enterrar botellas llenas de billetes de banco en antiguas minas de carbón; una vez descubiertas (como el oro), el dinero crearía una nueva riqueza y estimularía el gasto. El economista conservador Milton Friedman también se sintió seducido por las transferencias directas de dinero, que él dibujaba como dejar caer dinero desde un helicóptero", dice el artículo firmado por Marc Blyth y Eric Lonergan.

"Depositando fondos directamente en millones de cuentas corrientes de individuos -estimulando el gasto de inmediato- los bancos centrales no tendrían que imprimir unas enormes cantidades de dinero que equivalen al 20%", dice el articulo de Foreign Affairs.

Según esta propuesta, existiría un efecto multiplicador enorme pues cuando la gente tuviera más dinero iría a gastarlo. Y así la economía recuperaría el impulso.

Los autores del artículo Marc Blyth y Eric Lonergan provocaron una polvareda con su artículo, que entró en las redes sociales y agregadores de EEUU.

Marc Blyth, uno de los autores del artículo, es un economista escocés experto en política internacional que tiene un libro explosivo: Austeridad: historia de una idea peligrosa. Y su compañero Eric Lonergan ha realizado un master en Economía y Filosofía en London School of Economics.

¿Por qué no se ha puesto en marcha? Por el miedo a la inflación.

Pero hay que reconocer que tiene una lógica aplastante: si el dinero es lo que mueve a la economía, ¿por qué no ponerlo en manos de la gente?

Desde luego, ponerlo en manos de los bancos no ha servido de mucho. Y llevamos así años.

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