Los españoles llevan muchos años de sacrificio, pero lo único que ven a su alrededor es corrupción política, división entre comunidades, paro, desahucios, riqueza mal repartida y ejecutivos con súper salarios. Eso les ha hecho perder esperanza en el futuro.
A la gente le importa un pepino si mejora la prima de riesgo, los datos macroeconómicos, el interés de las Letras del Tesoro, la calificación de la deuda o si reciben como un héroe a Rajoy en la Cumbre del G-20. A los españoles les importa un bledo.
Da igual. Mariano Rajoy se va a presentar a la reelección porque confía en que, a medida que mejore la situación económica, el PP recuperará votos. Pero está pasando lo contrario. La economía ha mejorado en los últimos meses, y el PP está perdiendo cada vez más votos en las encuestas.
¿Qué está fallando an La Moncloa?
Entre otras cosas, la comunicación El gobierno no es capaz de transmitir esperanza. Los comunicadores del gobierno son bastante malos. Rajoy no transmite alegría, precisamente.
La prueba de que la comunicación es muy importante es que Pablo Iglesias, sin programa, casi sin partido y sin historia, se ha situado como el político con más intención de voto porque comunica mejor, define mejor, habla mejor y resume mejor los problemas de los españoles.
En La Moncloa necesitan aprender lecciones de comunicación exprés si quieren volver a ganar las elecciones. A Rajoy no le bastará que le acompañe la macroeconomía, sino que debe comunicar la mejoría. Por ahora le faltan las dotes de un buen orador.
Por eso le recomiendo que vea el discurso en el que Obama se metió a los americanos en el bolsillo. Les habló de unión y esperanza. Fue en 2004, en la convención demócrata. Le tocaba dar el discurso de cierre. Era un desconocido. Senador por Illinois, tenía muchas cosas en su contra, para empezar, que era negro.
Estados Unidos estaba en guerra en Afganistán e Irak. Hacía tres años que había sufrido el ataque a las Torres Gemelas y la economía apenas se estaba recuperando.
Pero Obama entusiasmó de tal modo a los asistentes, que los hizo levantarse de sus asientos y aplaudirle emocionados. Cuatro años después fue elegido presidente.
Hoy día se sigue considerando aquel discurso como el mejor en la historia de Obama. No era un discurso para el Partido Demócrata. Era un discurso para los Estados Unidos de América. Los expertos en comunicación lo ponen como ejemplo de dominio de voz, intensidad, pausas, fondo, clímax y lenguaje corporal. Un experto comunicador diría que en algunos momentos esto es lo más importante.
http://youtu.be/fstbvNVzrqI
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