OPINION

Esta crisis de Rusia me recuerda...

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Esta crisis rusa me recuerda la de 1998.

Aquel año, Rusia suspendió pagos (default) y desató un terremoto en los mercados mundiales. Cuando un oso cae hace más ruido.

¿Cómo empezó aquella crisis?

En realidad, empezó en Asia. En 1997 estalló una crisis financiera en Tailandia y que afectó a muchos países asiáticos. Tailandia mantenía una enorme deuda externa. Pero internamente, no generaba riqueza suficiente para pagar esas deudas. El bat, la moneda local, empezó a devaluarse y el gobierno gastó enormes recursos monetarios para mantener su cotización.

Mantener artificiamente la cotización de una divisa, cuando los mercados se ponen en contra es como tratar de parar un tsumani con bolsas de patatas. Al final, Tailandia dejó caer la moneda, que sufrió una devaluación brutal. Las economías de Indonesia, Filipinas y Corea del Sur sufrieron iguales devaluaciones.

Al caer la capacidad de compra de esos países, dejaron de comprar productos rusos, fundamentalmente petróleo, gas y otras materias primas. El problema entonces se trasladó a Rusia, que estaba endeudada hasta las cejas. El gobierno de Boris Yeltsin intentó aplicar la misma medicina: mantener el precio del rublo.

El problema era que sus finanzas estaban castigadas por la Guerra de Chechenia, que había costado más de 5.500 millones de dólares. Peor aún: los enanos le crecieron a Rusia porque en 1998, en un plazo de meses, dimitió el primer ministro Victor Chernomirdin. Luego vino una huelga de empleados de la industria estatal del carbón y al final el gobierno ruso debía más de 12.000 millones de dólares a sus trabajadores.

El dinero internacional, muerto de miedo, empezó a escapar de Rusia con lo cual la presión contra el rublo era cada vez más fuerte. Para detenerla, el gobierno decidió pagar un interés del 150% por sus bonos. No han leído mal: un 150%. Si usted compraba un bono ruso le daban un 150% de interés (España ahora está ofreciendo un 2% o menos).

Al final, pasó lo mismo que ha pasado en muchas ocasiones: el Fondo Monetario tuvo que salir al rescate de Rusia con 22.500 millones de dólares. Pero el mal ya estaba hecho. El 17 de agosto de 1998 el estado ruso suspendió pagos. La inflación llegó al 84% y muchos grandes bancos quebraron.

La sorpresa fue que dos años después la economía rusa estaba creando empleo y recuperándose. ¿La razón? Los precios del petróleo, al contrario de lo que pasa ahora, se recuperaron y el estado ruso pudo hacer caja.

Por cierto, al año siguiente de la gran crisis, en 1999, Boris Yeltsin dimitió como presidente de la Federación Rusa. ¿Adivinan quién fue su sucesor? Vladimir Putin, que entonces era primer ministro.

¿Acabará esta crisis con Putin? Seguro que no. Pero su popularidad, que había subido como nunca tras tomar Crimea, ha caído por culpa de la crisis. Los rusos han vuelto a hacer colas ante los comercios y eso no les gusta nada.

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