OPINION

El triunfo de lo simple en cinco ejemplos

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Hace unos días, un amigo que venía del extranjero y que deseaba instalarse en España, me pidió consejo para abrir una cuenta corriente para transferir fondos de sus ahorros, pues quería comprar un piso.

Le llevé a mi banco, porque siempre me había funcionado bien. El banco le empezó a pedir documentos: residencia fiscal en el país donde habitaba, contrato, IRPF, origen de los fondos, pasaporte...

Mi amigo es español y hasta mostró su carné de identidad. Llamó a su secretaria en un país latinoamericano y le podio que le enviara esos papeles por correo electrónico. Dos días después, el banco le siguió haciendo preguntas y pidiendo papeles hasta que mi amigo dijo. "¿Me toman por un delincuente?". Con toda educación salió de esa agencia y entró en otro banco, justo al lado.

Le abrieron una cuenta corriente en 15 minutos. Volvió al primer banco y enseñó la cuenta corriente que acababa de abrir.

Pensarán que eso es extraordinario. Pues no. Me volvió a suceder con otra persona 15 días después. En un momento pensé en cambiarme de banco porque estaba haciendo el ridículo con mis amigos. Mi banco perdió dos buenos clientes por hacer complicadas las cosas difíciles.

El mundo de los negocios será de quien haga simple lo complicado. Voy a poner cinco ejemplos.

Google se tragó a Altavista porque era muy sencillo de usar. Bastaba poner unas palabras en una cajita y pinchar: entonces uno se encontraba los resultados. Altavista era un buscador que funcionaba más lento que una biblioteca.

Microsoft copió el sistema de carpetas y de escritorio de Apple porque no solo era sencillo, sino que era tan intuitivo que cualquiera podía entenderlo. Los iPhone deben su éxito, entre otras cosas, a que no tienen un teclado lleno de botones, sino un solo botón maestro que te permite volver al principio.

El Corte Inglés se tragó a todos los comercios de su tiempo porque daba facilidades para devolver un producto si no nos gustaba.

Amazon se merendó al mundo de las librerías porque hizo fácil comprar un libro desde casa: lo recibías poco después. Lo ha hecho tan fácil que basta un clic para comprar cualquier cosa, pues Amazon ya vende de todo, menos pisos. Y con el mismo sistema de pago y devolución que El Corte Inglés.

Los escritores de best seller deben su éxito sobre todo a que tienen una forma sencilla de escribir, e incluyo en esta lista a Stephen Hawking, que logró escribir un libro de astrofísica sin emplear ninguna fórmula (salvo la conocida de Eisntein, e=m.c2). Incluso los filósofos más populares de la historia como Platón, son leídos por el pueblo porque son fáciles de entender.

Y voy  a decirlo: el banco que facilitó la apertura de cuenta de mi amigo fue el BBVA. 15 minutos. No voy a decir el nombre del banco que lo hizo complicado y mal.

Las empresas que hacen simple lo complejo ganarán el reino de los cielos.

No solo productos  sencillos de entender y manipular como un teléfono móvil, sino procesos y métodos, como abrir una cuenta corriente o hacer un pedido por teléfono.

Las empresas que simplifican sus procesos internos, ahorran mucho dinero. Como dicen los norteamericanos, todo es cuestión de método. Y de cara a los clientes, las empresas que simplifican productos y servicios, tendrán a sus clientes satisfechos.

Es tan simple de entender.

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