OPINION

Terremoto en Nepal: cómo Exteriores logró evacuar españoles antes que nadie

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El terremoto en Nepal tuvo lugar el pasado sábado. Dos días después, la noche del lunes al martes, los aviones de la Fuerza Aérea Española ya estaban sacando del país a decenas de españoles. Han sido los primeros europeos en ser evacuados del aeropuerto de Katmandú.

¿Cómo se ha podido realizar esa operación en tan pocas horas, en medio del caos del aeropuerto nepalí? Ha sido una mezcla de diligencia y buena suerte.

Daba la casualidad de que el ministro español de Exteriores José Manuel García-Margallo se encontraba en India en una visita oficial. Viajaba con el Airbus 310 de la Fuerza Aérea con 71 plazas. Pero, a pesar de que Nepal está a 800 kilómetros (algo más de una hora), no se podía aterrizar fácilmente en el aeropuerto de la capital ya que estaba abarrotado de aviones.

El sábado por la tarde, la diplomacia española sabía cuántos españoles estaban en Nepal: unos 460. De ellos, 118 estaban sin localizar. Rescatar al grupo de españoles no era fácil porque había muchos países, y más poderosos que España, tratando de hacer lo mismo.

Nepal es el techo del mundo y estamos en temporada de escalada. Miles de montañeros de Europa y de EEUU intentan escalar en esta época la cordillera del Himalaya aprovechando el buen tiempo. Había varias expediciones de españoles aparte de turistas.

El domingo el avión español de la Fuerza Aérea seguía en el aeropuerto de Nueva Delhi esperando el permiso para entrar en Katmandú. Daba la impresión de que iba a ocurrir lo mismo que en Marruecos, cuando la burocracia marroquí impidió llegar a tiempo a un equipo de rescate.

Para acelerar los trámites, las autoridades españolas negociaron con las líneas aéreas indias que les cediesen una 'ventana' (slot) de entrada. Una ventana es como se llama en argot aéreo comercial a un permiso para aterrizar y despegar en determinada hora del día. Las aerolíneas indias son al parecer las que tienen más ventanas en el aeropuerto de Katmandú.

Mientras tanto,  ya estaba listo en Madrid un Hércules con 30 toneladas de ayudas. Además, equipos de rescate de bomberos y de la Guardia Civil esperaban la orden para embarcar hacia Katmandú y participar en las labores de rescate.

El lunes por la noche se abrió la ventana. El avión de la Fuerza Aérea y otro avión comercial (Spice Jet) fletado por la Agencia de Cooperación pudieron aterrizar en Katmandú, recoger a decenas de españoles, y regresar a Nueva Delhi. En un segundo viaje, llevaron a Katmandú a un equipo de salvación de británicos y belgas que no había podido aterrizar en el aeropuerto nepalí.

El ministro que había prometido no moverse de Nueva Delhi hasta sacarlos de allí, recibió al grupo de españoles en la capital india. Los que habían estado esperando ayuda en el aeropuerto de Katmandú contaron que les cobraban 10 dólares por una botella, que no tenían cobijo y que las autoridades nepalíes les habían  tratado como escoria. Uno de los españoles al llegar a Delhi confesó a la enviada de El Mundo. "Me siento orgulloso de ser español y del Gobierno de España".

Pero el testimonio de otros españoles en la zona del desastre es solo de agradecimiento con los nepalíes. A pesar de que el terremoto ha causado más de 4.000 muertos, la destrucción de edificios, el corte de los servicios de agua y el caos, los españoles afirmaban que los nepalíes les ayudaron en todo momento, compartiendo sus escasos alimentos y agua potable.

La diligencia del Ministerio de Exteriores, la ayuda de India, y la determinación del Ministro de 'no moverse hasta que salieran los españoles'  han contribuido a rescatar en pocas horas a los ciudadanos españoles. Ahora queda la otra parte: rescatar supervivientes y ayudar a Nepal a reconstruir su economía.

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