OPINION

Varoufakis, de ministro estrella a bluff

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Yanis Varoufakis, el ministro de Economía de Grecia, es de esos políticos que nos gustan a los periodistas. Con su aspecto de púgil del Club de la Lucha, su motocicleta, sus camisas negras de portero de discoteca, y su discurso provocador, atrajo nuestra atención desde el principio. Era tan diferente...

Y también porque se metía con los poderosos: el FMI, la Comisión Europea, el BCE, Alemania, la banca y quien fuera. Eso nos encanta porque hay un fondo anárquico y rebelde en cada  periodista. Abajo el sistema, aunque sea para no aburrirnos.

Las amenazas económicas de Varoufakis no venían de un ignorante: este tipo sabe mucho de economía. Es profesor de Economía en la universidad, ha escrito muchos artículos sobre las fuerzas espantosas que gobiernan el mundo, y tiene un blog casi revolucionario.

Así que cuando amenazó con no pagar la deuda griega, con salir del euro, con intervenir la banca y tantas cosas, nos creímos que lo podía hacer. ¿Y si va el tío y lo hace? Le seguimos la pista y Varoufakis ha correspondido dando titulares cada semana desde el mismo día en que lo nombraron ministro de Economía y Finanzas. Toda una estrella.

Pero lo malo de la economía es que siempre te pone en tu sitio. A los rebeldes les encantaría mandar a la porra al FMI, poner de rodillas a la banca, asustar a los mercados diciendo que no vas a pagar, y lo que se te ocurra. Eso está muy bien para los titulares. Pero si no tienes un verdadero plan de ataque, los mercados te pondrán de rodillas.

¿Qué ha pasado?

Primero, que Grecia ha tenido que pagar lo que debía. A pasar por taquilla, amigo Varoufakis. Segundo, que Varoufakis ha decretado una amnistía fiscal que deja a la de Montoro en juego de Monopoly. Va a perdonar a todos los capitalistas que sacaron su dinero: si regresáis a Grecia no habría represalias, ha dicho Varoufakis. Tercero, que Varoufakis ha admitido buena parte de los 'terribles' planes impuestos por la troika a Grecia.

Conclusión:

Varoufakis era un bluff. Los medios construimos este nuevo mito griego porque nos encanta lo nuevo. Lo noticioso. Pero Varoufakis se lo creyó y pensó que era como Aquiles: invulnerable.

Pues amigo, has tenido que dar marcha atrás y traicionar a tus electores. ¿A quién me suena esto en España?

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