OPINION

Los hermosos aciertos y los tristes fallos del movimiento 15M y su acampada

manifa-mano
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El 16 de mayo de 2011 me fui a ver qué era eso de acampadasol. Eran las 8 de la noche. El movimiento 15M tenía apenas unas horas de vida.

Los chinos se me habían adelantado pues recorrían la acampada vendiendo latas de cerveza a 1 euro.

¿Qué era el 15M?

Una agrupación espontánea de gente que protestaban contra los partidos políticos, contra la banca, contra ese futuro tan incierto que les aguardaba y contra la corrupción.

¿Quién estaba detrás? Nadie. Es decir, muchos. El 15M era un cabreo general. La prueba es que las encuestas decían que el 72% de los españoles simpatizaba con ellos.

lainformacion.com tuvo a dos reporteras durante varios meses en el 15M. Día y noche. Produjeron muchísimas noticias, reportajes. crónicas y perfiles. Además el equipo audiovisual las acompañó y meses después realizó un video de hora y media que se presentó a los premios Goya. Encima, hicimos una foto gigantesca, un gigapan, que inauguro una era de fotos colosales de grandes manifestaciones en España.

¿Qué es lo que personalmente agradecí al 15M? ¿Y qué critiqué? Voy a transcribir lo que dije entonces en este blog:

Gracias a ellos discutimos en los hogares de algo más interesante que de fútbol o el botox.

Gracias a ellos estamos viendo los informativos de televisión con más interés.

Gracias a ellos devoramos las columnas de opinión (a favor o en contra), en periódicos de papel, en digitales.

Gracias a ellos las redes sociales se han convertido más que nunca en hervideros de debates, opiniones, críticas, como si fuera el areópago digital.

Gracias a ellos vemos con más interés los programas de debate (desde Al Rojo Vivo en La Sexta hasta el Gato de Intereconomía).

Gracias a ellos estamos discutiendo sobre el papel de la banca, el gobierno, las instituciones, los partidos, la justicia y los políticos con más pasión que nunca.

Gracias a ellos muchos que no pensaban reflexionar están reflexionando.

Gracias a ellos la jornada de reflexión (el 22 M fueron las elecciones municipales y autonómicas) ha servido para enzarzarnos a muchos al mismo tiempo en un gran debate local, municipal y hasta nacional por primera vez en la historia.

¿En qué fallaba? En que algunas cosas que hacía y planteaba eran muy inmaduras.

Fallaba porque cualquier decisión podía ser anulada por cualquier miembro de la asamblea. Uno solo.

Fallaba porque para evitar personalismos, los portavoces tenían que rotar y eso es como decir que cualquiera puede ser Nada o Gasol.

Fallaba porque no sabían cómo afrontar que dentro del movimiento había zánganos y abejas obreras.

Fallaba porque no sabían qué hacer con los pordioseros que se enquistaron en el 15M: ¿cómo vamos a echar a los verdaderos antisistema?

Fallaba porque pedían la nacionalización de la banca cuando en realidad el problema financiero nos vino de la banca semipública: las cajas.

Fallaba porque discutían mucho y actuaban poco.

Pero creo que cumplieron su misión.

Quienes pensaron que eran un montón de perroflautas se equivocaron. La prueba es que de ahí han nacido grupos que se consideran herederos del 15M y ahora van a ganar muchas alcaldías y serán clave en las  comunidades.

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