OPINION

Los más ricos, las más bellas, los más sabrosos... La pantomima de las listas

amancio ortega
amancio ortega

Cada vez que veo listas con los más ricos del mundo, como la que ahora encabeza Amancio Ortega, se me dibuja una mueca de duda en la cara. ¿Los más ricos? ¿Y eso cómo se calcula?

Se calcula por el valor en Bolsa y por las acciones que tiene esa persona. Hace unas horas, el valor en Bolsa de las acciones de Amancio Ortega, dueño de Inditex, era de 71.700 millones  de euros. Se convirtió en el más rico del mundo sólo durante unas horas, porque, de repente, las acciones de Microsoft subieron un 11% y entonces el más rico fue de nuevo Bill Gates.

Una riqueza teórica. Es como cuando alguien se entera que el vecino pone en venta su casa por 200.000 euros y entonces decimos: "Mi fortuna también es de 200.000 euros". Sí, claro, pero ¿nos vamos a mudar? ¿La vamos a vender? No. Entonces, teoría.

Las listas tienen un poder de atracción enormes. Nos encantan estas competiciones. Creo que forma parte de nuestra forma de ser como humanos. Nos interesan las clasificaciones: el primero, el segundo, el tercero.... Los récords.

Pero hay que reconocer que algunas listas son muy dudosas. Me refiero, por ejemplo, a las listas de las mujeres más bellas del mundo.  ¿Ah, sí? ¿Y cómo lo saben? ¿Han ido a todos los países a comprobarlo? ¿Se han dado una vuelta por los pueblos de Somalia o de Etiopía donde dicen que hay mujeres hermosas? ¿Han estado en Cali? ¿En Medellín? Dicen que esas colombianas son como diosas.

Tampoco me fio de las listas de los mejores restaurantes del mundo. ¿Quién lo dice? ¿Michelin? El mejor restaurante es el que te te sirve el plato que disfrutas cuando más hambre tienes.

Igual pasa con los vinos. El mejor vino es el que a ti te parece mejor en el momento justo. Hace poco leí que en una competición engañaron a los enólogos y someliers con un vino de un euro que todo el mundo degustó.

Detrás de muchas de esas listas estamos los periodistas que las elaboramos para ganarnos la vida con cosas que gustan a la gente. Y aquí la historia va por países. Los anglosajones se hacen sus listas de los mejores libros del planeta, y siempre están ellos los primeros. ¿Se han leído todas las novelas que hay escritas en urdu? ¿En mogol? ¿En papiamento?

Creo que las únicas listas serias y creíbles son las que refieren a récords deportivos. Para llegar a ser el más rápido hay que hacer un esfuerzo que solo lo pueden acometer los deportistas profesionales. Pero para ser la más guapa, basta con haber nacido guapa, y eso puede suceder en cualquier pueblo de este planeta.

Y sobre el más rico, siempre me he hecho la pregunta: ¿preguntaron a los jeques árabes cuando el petróleo estaba a 149 dólares en 2008? ¿Qué pasará cuando vuelva a esos precios?

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