Cuando entrevisté a Miguel Bernad en su cuartel general en Madrid en 2013, me estuvo explicando cómo se financiaban. Los asociados aportaban dinero a esta organización como si fuera un club. Algunas veces Miguel Bernad se quedaba cortos de fondos y entonces confiaban en algún ángel salvador que llegaba a última hora.
Me pareció muy arriesgado porque Manos Limpias estaba metida como acusación popular en múltiples casos de corrupción. Era como el Pepito Grillo de la democracia. Le daba igual si se trataba de la infanta, de Miguel Blesa o de Podemos. Allí estaba Miguel Bernad con sus demandas.
Pero nada es gratis, y eso suponía una marea de gastos. Miguel Bernad empezó a tener problemas financieros serios por otras causas más personales. Estaba sin fondos.
Si la investigación de la UDEF es cierta, supondría que Miguel Bernad habría apretado el botón de autodestrucción. En lugar de ser el Quijote de una causa honesta, sería un extorsionador. Le acusan de pedir hasta 3 millones de euros para retirarse de la acusación popular del caso Noos contra la infanta. Manos Limpias queda dinamitada por una explosión interior.
No solo afecta a Miguel Bernad sino a las personas que confiaban en él. ¿Es que ya no se puede confiar en nadie ni en nada en este país? ¿Quién se va a personar como acusación popular cuando aparezcan más casos de corrupción?
Si ya estábamos apaleados por el desmoronamiento moral de algunos nuestros políticos y banqueros, esto es un golpe bajo contra nuestra confianza en la sociedad civil.
Nos estamos quedando sin modelos.
Más info:
-En el cuartel general de Manos Limpias
-"La infanta Cristina no es una maruja sino una licenciada que sabía lo que pasaba"
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