OPINION

Las pruebas señalan a Pineda, no a Manos Limpias: ¿hay algo raro aquí?

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Durante mucho tiempo, era un secreto a voces entre los periodistas económicos que Luis Pineda, presidente de Ausbanc, empleaba técnicas poco recomendables para sostener su Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios, Ausbanc. Pasaba el platillo. Eso quiere decir en términos elocuentes,  extorsionar con amenazas. "Si no me pones publicidad, usaré mis medios de comunicación para machacarte".

Cuando los periodistas hablábamos con los responsables de comunicación de los bancos nos decían exactamente eso. Luis Pineda les amenazaba y cumplía sus amenazas. Los bancos pagaban de puro miedo.

Algunos medios llegaron a publicar reportajes de las actividades inmorales de Pineda. Pero eso no parecía afectarle porque seguía con sus costumbres y ampliaba su chiringuito a los países de América.

En algún momento Luis Pineda descubrió que podía ser más eficiente aliándose con Miguel Bernad, secretario del sindicato Manos Limpias. Bernad, un hombre de 73 años, había usado los tribunales para sentar en el banquillo a muchas personas por supuesta corrupción, desde el juez Baltasar Garzón, hasta la infanta Cristina, pasando por Miguel Blesa y cargos del PSOE en Andalucía.

Ausbanc podía ser más eficiente porque mientras que Pineda solo ejercía sus presiones por teléfono, Bernad tenía la fuerza de sus letrados ante los tribunales. En algún momento Miguel Bernad picó, dejándose llevar por la labia de Pineda.

Porque si algo tiene Pineda es labia: en TV, en la radio, en cualquier entrevista, es capaz de hablar con soltura y parecer el Robin Hood de los afectados por los abusos bancarios. Había conseguido grandes cosas como eliminar el redondeo que afectaba a los usuarios, o las cláusulas abusivas bancarias. Pero tenía un reverso tenebroso.

Los periodistas nos preguntábamos hasta cuándo podía durar ese reverso tenebroso impune. Pues hasta el 15 de abril pasado. Fue detenido por la policía acusado de delitos tan graves como estafa, extorsión, amenazas, administración desleal, fraude en las subvenciones y pertenencia a organización criminal.

Si uno lee el auto, se da cuenta de que el juez dirige sus misiles especialmente contra Luis Pineda. Fue él quien ideó, organizó y lideró la trama de supuesta extorsión a los bancos. "Para reforzar la presión contra las entidades y lograr los acuerdos económicos pretendidos empleaba al sindicato Manos Limpias, al cual financia, para ejercer la acción popular contra determinadas personas".

Lo hacía contando "con el apoyo y beneplácito" de Miguel Bernad, "a quien Luis Pineda en cierto modo, controla y maneja", dice el auto del juez.

El auto de detención de Bernad y Pineda ordenado por el juez Santiago Pedraz tiene un protagonista principal: Luis Pineda. Detalla todas sus actividades y suspuestas extorsiones. El nombre de Bernad sale como actor secundario, y en todo momento parece ser un muñeco en manos de Pineda.

Pineda al parecer financiaba a Manos Limpias. Este sindicato tenía y sigue teniendo serios problemas financieros. Miguel Bernad no tiene dinero ni para pagar al casero, pues las oficinas de Ferraz son alquiladas. No ha podido pagar a sus letrados y algunos de ellos han renunciado como Isabel Salamanca. La secretaria de Bernad apenas cobra.

Ausbanc, según el auto del juez, transfirió en febrero pasado 48.400 euros a Miguel Bernad para sufragar una condena. Bernad tenía que pagar las costas. Ese puede haber sido el momento en que Bernad apretó el botón de autodestrucción. Acosado por las deudas, se encuentra un ángel salvador.

No era la primera vez que Ausbanc transfería dinero a Manos Limpias. Consta que desde 2013 lo hacía, pero las cantidades eran pequeñas: desde 96,68 euros, hasta 3.000. Unos 20.000 euros en dos años. Sin duda, la transferencia de febrero de 2016 duplicaba esa cifra.

En las negociaciones con Unicaja, las grabaciones telefónicas demuestran que Luis Pineda era quien ejercía directamente la presión. Hablaba con el secretario general de Unicaja, le pidió un millón de euros, y le dijo que con esa cantidad lograría convencer a Manos Limpias para que retirara la acusación contra el presidente de esta entidad bancaria, implicado en los ERE de Andalucía.

El auto reconoce que lo importante de la negociación de Luis Pineda con Unicaja es "la presión que Luis ejerce a través de Manos Limpias, en el juicio en el que figura como investigado el presidente de Unicaja". Pero no dice en ningún momento que Manos Limpias hablase con el presidente de Unicaja.

La verdad es que al final Unicaja pagó un millón de euros a Ausbanc, y Manos Limpias retiró la acusación.

En el caso Palma, que al final implicó a la infanta, Luis Pineda "es el que marca las pautas", dice el auto del juez. Luis Pineda habla con el director de la Fundación La Caixa y le propone comunicar a los abogados de la infanta que retiraría la querella de Manos Limpias. No se habla claramente de dinero. Pineda manda otro mensaje al abogado de la infanta por medio de un directivo del Banc Sabadell.

Este directivo va a la policía y dice que Luis Pineda se ha ofrecido a intermediar para retirar la acusación popular de Manos Limpias. Tuvo varias reuniones con él y en una de esas le pidió Pineda 3 millones de euros por retirar la acusación de Manos Limpias contra la infanta.

El directivo del Sabadell también recordó a la policía que meses antes Miguel Bernad se le acercó con un empresario pidiéndole que le ayudará económicamente a esta empresa "a cambio de interceder a favor de retirar la acusación popular de Manos Limpias contra la infanta Cristina", dice el auto. Esta parte del auto llega a confundir porque no se explica cómo es posible que Bernad pida ayuda para un amigo, a cambio de retirar la acusación contra la infanta.

El caso es que Luis Pineda parece ser la mente que organiza, presiona e influye principalmente en Miguel Bernad. También trató de usar a Manos Limpias para cargar contra otra asociación de consumidores, Facua.

El auto del juez Pedraz –escrito con bastante claridad– no tiene duda de que Pineda "emplea a Manos Limpias para que se persone como acusación popular en ciertos procedimientos en los que Luis tenga interés que le beneficien a él o a Ausbanc".

Pero por aliarse, recibir dinero o dejarse aconsejar por Pineda, Miguel Bernad ha sido acusado de extorsión, amenazas y pertenencia a organización criminal. Los abogados deberán demostrar el grado de implicación de Manos Limpias en este caso, en el cual hay un claro personaje: Luis Pineda.

Bernad queda en segundo término y el auto no deja ver que haya sido quien negociara con los abogados de la infanta para retirar la acusación. Este caso era su caso estrella. Bernad se arriesgaba mucho si hubiera aceptado la retirada de la acusación. ¿Estaba de acuerdo con Pineda? ¿Pineda actuó por libre?

Bueno, esa obra de teatro acaba de empezar. Si se logra implicar a Bernad, los expertos dicen que se desactivaría el caso contra la infanta. Y si llega a suceder eso, a pesar de las poco contundentes pruebas que hay contra Bernad, daría para escribir novelas de espías, extorsiones y abogados.

(Por cierto, Luis Pineda no ha sido el único responsable de medios de comunicación en emplear la técnica de "pasar el platillo". Si los bancos y empresas hablaran...).

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