OPINION

En el Día de la Libertad de Prensa, ¿somos libres los periodistas?

Captura de pantalla 2016-05-03 a la(s) 18.07.31
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Aparece un cadáver en un bosque. Un inspector toma declaraciones a varios testigos y se encuentra con que no coinciden: son contradictorias. ¿No es así la realidad? Puntos de vista de mucha gente sobre el mismo asunto.

El cuento se llama En el bosque, lo escribió el japonés Ryunosuke Akutagawa y lo pueden leer pinchado aquí.

Los periodistas, como el inspector del cuento, tratamos de escuchar diferentes versiones para recomponer la realidad. Si hacemos bien nuestro trabajo, los lectores tendrán una imagen fiel de la realidad. Pero los periodistas estamos sometidos a muchos sesgos en la información. Internos y externos.

Por ejemplo, las personas que nos informan sobre algo siempre lo hacen 'desde' su punto de vista. Por más que pretendan ser neutrales, siempre será un punto de vista sesgado por su interés. Luego viene el sesgo propio del periodista. Un periodista de izquierdas ve las cosas de manera diferente que uno de derechas. Uno que sea de Cataluña lo ve diferente a otro de Vigo. Un periodistas europeo ve las cosas de modo diferente a un chino.

Esos prejuicios son visibles. Pero hay otros invisibles que son los provocados por el inconsciente o por los sesgos cognitivos. El físico Leonard Mlodinow tiene un libro titulado Subliminal, donde muestra infinidad de casos en que nos dejamos llevar por nuestro inconsciente. Por ejemplo cuando incurrimos en una violación de las leyes de circulación y nos para la policía, nuestro cerebro se inventa excusas tontas porque no queremos reconocer que hemos metido la pata. Distorsionamos la realidad, modificamos los recuerdos y creamos otra realidad.

El premio Nobel de Economia Daniel Kahneman escribió el libro Pensar rápido, pensar despacio para mostrar la facilidad con que nos dejamos manipular por cuestiones que no percibimos a simple vista. Por ejemplo: si yo escribo que en una ciudad de 100.000 habitantes la proporción de muertos por cáncer es 10%, esa cifra no tiene mucho impacto en los lectores, pero si digo que han muerto 10.000 personas por cáncer tendrá más impacto. Estoy diciendo lo mismo pero de otro modo.

Los periodistas además usamos el lenguaje del siglo XXI, nos movemos en ls valores del siglo XXI y pensamos con las ideas y creencias del siglo XXI. Les aseguro que en el siglo XXII se reirán nuestros bisnietos de muchos de nuestros valores. Hace cuarenta años, cuenta Mlodinow, a ningún psicólogo se le hubiera ocurrido decir que nos comportamos dominados por el inconsciente. Hoy todos lo admiten.

Los periodistas no estamos libres de prejuicios, ni de sesgos cognitivos, al igual que los personajes del cuento de Akutagawa. Por eso lo importante es tratar de hacer un trabajo honesto, sabiendo que muchas cosas se nos escapan.

Hoy se celebra el día de la Libertad de Prensa en todo el mundo, y por ello me he permitido esta reflexión.

Muchas personas se quejan de que los periodistas no contamos la verdad, que exageramos, que manipulamos, que engañamos... Tienen algo de razón porque muchos de nosotros no hacemos bien nuestro trabajo. Pero les aseguro que aunque trabajásemos todos con entera honestidad y dominando al inconsciente y a los sesgos cognitivos, siempre habría alguien que nos criticaría por dar una imagen de la realidad que a él no le gusta.

Cuando ese 'alguien' es un dictador, entonces nos persigue, nos estruja y nos oprime. O sencillamente nos mata. El año pasado murieron 63 periodistas haciendo su trabajo. Y cientos de miles están trabajando en países donde no se les deja trabajar con libertad.

Lo que exigimos los periodistas es acceso libre a la información para poder escribir fielmente de la realidad. Para mí, el mayor sesgo es no tener información básica. Es no tener información.

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