OPINION

Maduro tiene listos a miles de chavistas armados para neutralizar a la oposición

paramilitares-venezuela1
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Un día de marzo de 2002 me tocó estar sentado junto a José Vicente Rangel, vicepresidente de Venezuela. Era un "Aló presidente" de Hugo Chávez, que se retransmitía desde un barrio muy pobre de Caracas.

En la calle, miles de opositores ya protestaban contra Hugo Chávez haciendo sonar cacerolas. Me acerqué a Rangel y le pregunté si no temían un golpe de Estado. Sin mover el rostro me dijo que podían poner a más de un millón de personas en pie de guerra para neutralizar cualquier intento.

Un mes después se produjo ese golpe. Los opositores a Chávez convocaron una marcha que culminó en Miraflores, la sede presidencial. Chávez dimitió y  varios militares le prendieron y le llevaron a una isla. Entonces, miles de chavistas, de los Círculos Bolvarianos, se pusieron de acuerdo por teléfono móvil para asediar Miraflores, la sede del gobierno, tomada por los golpistas y así acabaron con la intentona. Chávez volvió al poder.

Estos días Maduro teme algo contra él: golpe, invasión o movilización. No se aclara, la verdad. No sabemos si va a ser una rebelión interna o externa, de civiles o militares, de venezolanos o extranjeros. Ha llegado a decir que un avión de comunicaciones de EEUU violó el espacio aéreo, aunque, como siempre, no ha dicho dónde. Solo cuándo.

En Venezuela va a pasar algo. No hace falta ser analista ni estar conectado con los servicios secretos. Un país que está sufriendo hambre, cortes de agua y luz, y cuyos bebés, ancianos y enfermos mueren en los hospitales por falta de medicamentos, es que está al borde del colapso.

Más del 95% de los venezolanos cree que la situación es mala o muy mala.

Maduro se niega a permitir que la Asamblea Nacional le controle a él o a sus ministros. No hace caso a nada. Se ha convertido en un dictador. Amplía sus poderes excepcionales a pesar de que ya lleva tres meses con poderes excepcionales y el país se hunde más.

Su última maniobra ha consistido en dotar a los llamados Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) de poder para "mantener el orden público y garantizar la seguridad y soberanía en el pasó". Los Clap ya han sido denunciados por la oposición como otra forma de control popular.

Aparte de los Clap están los 'colectivos'. La diferencia es que están armados. Milicias ideológicas marxistas. Paramilitares. Chavistas de barrio que pasan lista a todos los que no se sumen a la revolución. Cháves los llamó "el brazo armado de la revolución". Maduro ha llegado a felicitarles públicamente. Los miembros del colectivo Tupamaro afirman que se dedican a actividades culturales y a la promoción de la democracia. Con armas, supongo, como se ve abajo. Durante las manifestaciones callejeras de 2014, los colectivos fueron acusados de asesinar estudiantes y civiles. Los colectivos son los que atacaron hace poco a Henrique Capriles y otros miembros de la oposición.

Ahora, la tensión ha subido de nivel porque Henrique Capriles –líder de la oposición– sigue convocando marchas contra el Consejo Nacional Electoral, un organismo en manos chavistas que está haciendo todo lo posible por que no se convoque un referéndum que sacaría a Maduro del Poder. Además, Capriles ha dicho que rechaza los últimos decretos de Emergencia dictados por Maduro. La mayor parte de la Asamblea también ha rechazado los decretos de Maduro.

Maduro se siente acorralado y, como los animales presas del pánico, está respondiendo cada vez con mayor ferocidad. Pero la oposición ya no tiene miedo a sus bravatas y le desafía cada vez con mayor descaro. Ha amenazado con acabar con la Asamblea.

Cada vez que la oposición convoca una manifestación, Maduro convoca otra con chavistas y colectivos.

¿Se imaginan que pasaría en el peor de los casos? ¿Milicias chavistas armadas contra opositores en las calles?

Un diputado chavista, Elías Jaua, ha dicho que con sus leyes de Emergencia, Maduro solo está intentando evitar la guerra civil. Si de verdad quiere evitar la guerra civil, Maduro debería acatar la ley que él mismo votó hace años: permitir que se celebre un referéndum revocatorio, y que el pueblo y los votos decidan si debe seguir o largarse ya.

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