OPINION

¿Por qué millones de europeos votan a partidos de extrema derecha?

nobert hofer
nobert hofer

España celebró sus 30 años en la UE hace poco. Si uno miraba a la construcción europea en aquellos años, ser miembro del club era lo bueno, y estar fuera era lo malo.

Ahora parece que es al revés. En las elecciones austriacas celebradas el domingo pasado casi gana el candidato de la extrema derecha que, entre otras cosas, no es muy partidario de la UE. Dentro de pocas semanas, los británicos votan si deben permanecer dentro o fuera de la UE. En las elecciones regionales francesas del año pasado, Marine Le Pen, antieuropeísta, fue el partido más votado en la primera vuelta. Perdió, como en Austria, en la segunda vuelta.

Partidos novedosos como Alternativa por Alemania, están creciendo a un ritmo vertiginoso por su postura contra la UE y el euro. Y por casi toda Europa se pueden ver movimientos similares en Holanda, Suecia, Finlandia, Eslovaquia y Hungría. En Gran Bretaña, el partido antieuropeísta Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), tiene cada vez más presencia en las instituciones.

¿Qué ha pasado para que estos movimientos tengan tanto éxito?

Hay varias razones pero todos coinciden en una en concreto: a muchos europeos no les gusta la política de refugiados de la UE. No quieren abrir la puerta a más inmigración.

Los analistas han respirado tranquilos al ver el fracaso de Le Pen en Francia y Hofer en Austria. Pero casi nadie se ha parado a pensar que a esos partidos no les han votado cabezas rapadas sino gente del pueblo. Letrados, economistas, tenderos, estudiantes, agricultores, maestros...

Siempre me ha llamado la atención cómo demonizamos a los partidos 'extremos' (sean de izquierdas o derechas), sin reflexionar por qué tienen tanto éxito. En España la CUP produce alergias en muchos analistas, pero si sacaron escaños en las elecciones catalanas fue por algo. La gente les vota, aunque por motivos diferentes a los partidos de extrema derecha.

La reflexión que se deben hacer los partidos tradicionales es en qué están fallando para que millones de europeos voten a las alternativas antieuropeas. Siempre ha habido euroescépticos, pero esta vez ya no se trata de 'cuatro locos' sino de partidos que pueden tomar el poder, como lo han demostrado el Front National en Francia y el FPÖ en Austria, que lo han rozado.

Sería una paradoja que las tesis inmigracionistas que defienden sobre todo la extrema izquierda, fuera el motivo para que dentro de unos años, a Europa la gobiernen los partidos de extrema derecha.

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