OPINION

Podemos usó a Grecia para su campaña electoral pero critica que se use a Venezuela

Greek head of Syriza party, Tsipras and Podemos party Secretary General Iglesias wave to supporters following a campaign rally in central Athen
Greek head of Syriza party, Tsipras and Podemos party Secretary General Iglesias wave to supporters following a campaign rally in central Athen
Greek opposition leader and head of radical leftist Syriza party, Alexis Tsipras (L) and Spanish Podemos party Secretary General Pablo Iglesias wave to supporters following a campaign rally in central Athens January 22, 2015. Greek leftist leader Tsipras

¿Recuerdan de qué país se hablaba hace un año, hace dos años? De Grecia.

A finales de 2014, el país vivía uno de los momentos más dramáticos de la historia. Grecia estaba sumida en una crisis económica provocada por la inutilidad de gobiernos socialistas y conservadores. No tenía dinero ni para pagar su deuda externa y los acreedores amenazaban con retirar el crédito. La prima de riesgo superaba los mil puntos. Los pensionistas no tenían para vivir. Había hambre. Colas. Los bancos entraban en crisis. Igual que Venezuela.

El partido de la oposición denunciaba esa crisis, pedía echar al gobierno y crear otra era. Era Syriza. Su candidato era Alexis Tsipras. En enero de 2015 se realizaron unas elecciones y, ¿quién fue a apoyar al candidato opositor?

Pablo Iglesias. Para entonces ya era archiconocido en España porque había obtenido cinco escaños en las elecciones europeas de 2014.

Pablo Iglesias fue a Grecia dos veces a apoyar a Tsipras: primero en enero de 2015, y de paso hacer campaña para las elecciones municipales y autonómicas españolas que tendrían lugar cuatro meses después. Fue a los mítines de Tsipras, se fotografió con Tsipras y lanzó proclamas mundiales a favor de Tsipras. Y luego hizo lo mismo en las elecciones de septiembre, donde Tsipras volvió a ganar. Faltaban tres meses para las generales españolas.

Cuando sucedió lo mismo en Venezuela, Pablo Iglesias se echó para atrás. No ha apoyado a la oposición a pesar de que el país está viviendo una crisis peor que la de Grecia. No ha pedido la libertad de Leopoldo López, a pesar de que es candidato de la oposición. Es más, ha denunciado que se esté utilizando a Venezuela como arma política. Lo mismo dicen Pablo Echenique, Iñigo Errejón y los líderes de Podemos. Incluso Izquierda Unida. Criticaron a Albert Rivera por visitar Venezuela y reunirse con la oposición. Pero Rivera hizo lo mismo que Iglesias en Grecia.

Un momento: ¿por qué Grecia no es un arma política, y Venezuela sí? ¿Será porque Grecia está a 2.000 kilómetros de España y Venezuela a 7.200?

Entonces, ¿los derechos humanos son cuestión de kilómetros?

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