OPINION

Rajoy vapulea con los resultados económicos pero le arrugan con la corrupción

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El debate a cuatro entre los principales candidatos comenzó con datos económicos. Rivera, Sánchez e Iglesias trataban de mostrar que las cifras económicas de Rajoy eran malas y que las propuestas de Podemos, C's y PSOE iban a solventar esos problemas económicos.

No pudieron. Porque Rajoy se sentía seguro con sus resultados económicos.  Se crea más empleo, se recauda más, se bajaron los impuestos, y la lucha contra el fraude fiscal tiene cifras récords. Rajoy esgrimió que en cuatro años se han recaudado más de 50.000 millones de euros, que España es el país de Europa que crea más empleo, y el país de la eurozona que más crece.

Más aún: Rajoy recordó que España evitó el rescate financiero de 2012.

El leit motiv de Rajoy fue crear dos millones de puestos de trabajo para los próximos cuatro años. Es algo que repitió a lo largo de todo el debate: medio millón de puestos al año. Porque según Rajoy eso es lo que puede sanar la economía. Sin duda, era el punto fuerte del presidente en funciones que hasta explicó que en España la mayor parte de los contratos son fijos.

A Rajoy le interesaba mucho destacar en el empleo porque los parados, según las encuestas, quieren votar a Podemos.

En la parte más social, Pablo Iglesias quiso tomar la delantera prometiendo mayor inversión pública. Albert Rivera estuvo muy agresivo, sobre todo con Pablo Iglesias. No es que lo que dijo fuese exagerado, porque se remitió a recortes de prensa para atacar a Podemos, sino que al principio el ambiente no era de batalla campal, y el televidente lo vio demasiado cruel en los inicios. Luego las cosas cambiarían.

Sánchez dirigió sus misiles contra Rajoy sobre todo ignorando que su verdadero competidor estaba a su izquierda. Era Pablo Iglesias. De hecho, Iglesias le tendió una mano y le dijo que tenía razón en sus propuestas sociales.  Lo dijo porque Sánchez insistió en invertir más en sanidad, en gastos sociales, en universalizar la sanidad y recuperar la dependencia.

Rivera atacó muy bien hablando de la precariedad laboral. Propuso que hubiera igualdad en la sanidad, para que cualquier español pudiera ser atendido sin problemas en cualquier parte del territorio, cosa que no pasa ahora con las transferencias a las autonomías.

Sánchez propuso paralizar la Lomce, universalidar la educación, y mejorar las becas. Le dio un golpe bajo a Iglesias porque cuando iniciaron conversaciones para pactar después del 20D, Podemos prefería 'controlar a los espías' (la vicepresidencia) que preocuparse de la educación o de la sanidad. Pero Pablo, en lugar de contraatacar, le seguía tendiendo la mano. Nada de cal viva. Ahora solo paños calientes.

En cambio Iglesias atacó a Rajoy porque según él hay menos gente en la Seguridad Social, menos población activa y más emigración. "Si siguen otros cuatro años, será peor".

Rivera trató de agarrarse a uno de sus activos: un pacto por la educación. España ha tenido multitud de planes educativos, ocho: 'Basta ya, estamos volviendo locos a los profesores y alumnos". Pidió inglés como lengua vehicular. Y mantener las escuelas concertadas. "El problema señor Iglesias es el fracaso escolar", dijo dirigiendo a la persona que tenía a su izquierda. Y propuso más financiación para esas escuelas. "Que la educación sea un pilar fundamental no para cuatro años, sino para todas las generaciones".

Sánchez no se quitó el tono de candidato de plástico. Tenía todas las frases preparadas como si fuera un ordenador. Estaba en otra longitud de onda. A muchos le sorprendían los ataques a Iglesias al cual le acusaba de hacer pinza con Rajoy para impedirle gobernar. Iglesias insistía en que se equivocaba de adversario. El adversario era el PP.

Sánchez recuperó la confianza cuando aportó datos para demostrar que es el partido de las mujeres tanto por las leyes contra la violencia de género, la igualdad social y la dependencia. Fueron 20 segundos de terremoto.

Iglesias tomó la batuta cuando se planteó la corrupción. En un discurso claro y contundente, denunció la "lacra inmoral" que cuesta 2000 euros a cada español. Salieron a relucir muchos nombres de ministros y cargos importantes del PP y PSOE. Sánchez intentó contraactar diciendo que le extrañaba que en esa lista no estuviera la beca de Errejón y los trabajos de Monedero en Venezuela. Sánchez se equivocó. No era comparable y de hecho Pablo Iglesias respondió, "Madre mía".

Rajoy intentó echar porquería al PSOE con los EREs de Andalucía y los dos expresidentes de Andalucía procesados. Se enzarzaron Sánchez y Rajoy. Pero la verdad es que los dos estaban pringados. Rajoy puso el énfasis en cómo en el PP han tratado de aprobar iniciativas anticorrupción pues "nunca en la historia los poderes han actuado con más libertad contra la corrupción". Pero es un partido que tiene perdido desde el principio. Es poco creíble.

Rivera se quedó en silencio durante varios minutos del debate, pero luego tomó la bandera contra la corrupción y denunció cómo el PP defiende a Rita Barberá,la ex alcaldesa de Valencia relacionada con una trama de corrupción. Dijo que el PP no tiene autoridad moral y hasta señaló a Rajoy por recibir dinero ilegal. ¿Cómo se puede confiar en su partido y en un presidente que aparece en las listas? "Le enviaba a Bárcenas mensajes diciendo que sea fuerte". "Le pido lo mismo que sus votantes: que usted no esa impedimento para formar gobierno. No le voy a llamar indecente. Y creo que ha hecho cosas buenas y malas, le pido que reflexione". En resumen, el populismo de Iglesias va a seguir creciendo si Rajoy no se va, dijo Rivera. Fueron sus minutos de gloria.

Y cuando Rajoy intentó defender la independencia de los jueces, Rivera añadió que a los jueces los nombra el PP.

Iglesias tomó la alternativa pidiendo que los partidos no deberían aceptar créditos bancarios. Pero Rivera le recordó que IU, con el que forma alianza, debe 11 millones a los bancos, y que Podemos no tiene deudas porque Venezuela le financió con 7 millones de euros. Le recordó la financiación de Chávez a CEPs, el centro de estudios de donde salió la directiva de Podemos.

Iglesias se enfadó porque, según él, eso no está probado por los tribunales. Rivera le recordó que no lo tachaba de ilegal sino de inmoral.

El tema catalán marcó el último tercio. Sánchez insistió en tender la mano a los catalanes, lo mismo que dijo Iglesias, quien pidió permitirles un referéndum como han hecho los británicos con Escocia. Iglesias decía que eso no quería decir que apoyase la independencia pues quería que los catalanes se quedaran en España.

Rivera y Sánchez le recordaron a Iglesias que Ada Colau y En Comu, aliados de Podemos en Cataluña, sí defienden la independencia. Cuando le tocó a Rajoy, se mantuvo en sus trece: no solo es ilegal el referéndum sino que otros españoles no podrían votar por algo que afecta a la unidad de España.

Rajoy ganó la primera parte del debate. Rivera e Iglesias, la segunda. Sánchez no destacó.

La tercera comenzó con los refugiados. Sánchez prometió acoger 18.000 refugiados y crear una verdadera Unión Europea, y sobre el yihadismo, propuso reforzar los servicios de inteligencia. Rajoy respondió que es un tema complejo y que España estaba haciéndolo bien en Africa,  que había que apoyar a las fuerzas de seguridad aquí y fuera de España. La propuesta de Iglesias fue por la misma vía que Sánchez: acoger 18.000 refugiados, y acabar con las devoluciones en caliente. Y propuso atacar los paraísos fiscales porque es el centro de financiación de los terroristas.

Rivera dijo que si fuera presidente volvería a incorporar a España a las grandes decisiones. Y se dirigió a los latinoamericanos, a los que quiere incorporar a la vida española..

Por último, los locutores preguntaron, ¿qué va a pasar con los pactos?

Sanchez empezó a decir que el PSOE salía a ganar y que nadie podría gobernar en solitario. Y que habría una mayoría de cambio el 26J, lo que se podría interpretar como una posible alianza con Podemos. Habría un gobierno progresista, dijo.

Rajoy dijo que pactaría con los españoles. "Sanchez, que va tercero en las encuestas, me dice que estoy mal en las encuestas", dijo en tono de burla. Rajoy volverá a mantener lo mismo: una coalición de líderes "sensatos y moderados". ¿Ciudadanos o PSOE?

Rivera dijo que no había vetos pero que sus votantes querían un cambio político, tendiendo la mano al partido Popular. Por supuesto que habrá acuerdos. Pero no para tapar la corrupción ni para tener el modelo de Grecia. Sino para mejorar la educación y a los autónomos.

Iglesias, sabiendo que puede quedar por delante del PSOE, dijo que los españoles no quieren ambigüedades: "Solo hay dos opciones: un gobierno con el PP, o uno con el PSOE. El presidente debe estar en la lista con más votos. El que más votos tenga que tenga la presidencia. Haremos un pacto de gobierno con el PSOE", dijo, adelantando que podría ser el presidente de España.

El minuto de oro fue aprovechado por Iglesias para hacer una reflexión sobre el miedo al cambio. Y recordó que los que hablan de miedo son los amigos de los corruptos. "Unidos y unidas podemos", dijo

Rivera en un final un poco impostado dijo que no quería un país con jóvenes emigrantes, o empresarios que no pueden abrir la persiana, y donde sobran corruptos. Su sueño era levantar el país donde nadie se quede atrás. "Me comprometo a liderar un nuevo gobierno".

Rajoy insistió en que España es un gran país, el primero el transplantes, en recibir estudiantes, y que había salido de la crisis. Insistió en que iba a crear dos millones de empleos en cuatro años.

Y por último Sánchez, dijo que España necesitaba un Partido Socialista fuerte: pensar en los mayores, en las mujeres, en los jóvenes y en los dependientes, y en la pobreza infantil y en los hijos y en los nietos. Fue un discurso bastante creíble y muy convincente. Quizá el mejor de todos en el minuto de oro.

Cuatro cosas quedaron claras tras el debate:

1) La oferta de Iglesias de ponerse de acuerdo con el PSOE.

2) El rechazo de Sánchez a dejarse seducir.

3) La contundente denuncia de Rivera y de Iglesias de la corrupción del PP y PSOE.

4) Los resultados económicos indudables del gobierno.

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