OPINION

El camino lleno de piedras que ahora le espera al Partido Socialista

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Al PSOE le queda por delante un camino lleno de piedras. Para empezar, decidir qué debe hacer en este mes de octubre, cuando Mariano Rajoy se presente (previsiblemente) de nuevo a la investidura.

¿Abstenerse y permitir que gobierne el PP? ¿Votar no?

Abstenerse, casi con seguridad. Con ello, el PSOE se evita presentarse a unas terceras elecciones en diciembre y perderlas. Perderlas en el sentido de que hay muchas posibilidades de que Unidos Podemos le sobrepase. No creo que el PSOE se arriesgue a sufrir ese golpe.

Ahora, después de que el secretario general ha dimitido, después de que el partido está dividido, lo que necesita el partido es diseñar un nuevo programa, elegir un nuevo líder, y buscar de nuevo su hueco en España. Necesita tiempo.

Dejar gobernar a Rajoy significa que el PP tiene un riesgo para ellos: a medida que mejore la situación económica, el PP puede asentarse aún más en los próximos meses. El paro baja, la economía crece, el consumo aumenta y el optimismo mejora. Eso, desde el punto de vista de las urnas, significará más apoyo y votos.

Pero, el PP no las tiene todas consigo porque va a necesitar a Ciudadanos y al PSOE para aprobar leyes. ¿Cuál va a ser el papel del PSOE? ¿Bloquear? ¿Apoyar? ¿Controlar?

El Partido Socialista puede jugar a sus cartas porque el PP le necesita para aprobar los presupuestos, y para aprobar muchas leyes que están pendientes.

El PSOE puede jugar a dejar que se desgaste el PP, mientras él se recompone. ¿Y cómo recomponer su imagen ante la opinión  pública? Haciendo valer los 22 años que ha estado al frente del país. La mayor parte de las infraestructuras –desde los trenes de alta velocidad a las autopistas– se realizaron con gobiernos del PSOE. El sistema de salud, del que los españoles se sienten tan orgullosos, es obra sobre todo del PSOE. La entrada a la Unión Europea la realizaron los políticos del PSOE.

También cosechó un montón de desatinos como un plan de estudios que retrasó la educación de este país durante décadas, y el desempleo. Con el PSOE siempre ha subido. Y lo peor, tiene sobre sus espaldas numerosos casos de corrupción, entre ellos, el más gordo de la historia de España: los EREs de Andalucía.

Pero sin duda, es un partido con más experiencia para gobernar España que Unidos Podemos. Más experiencia y menos dogmatismo. Y sobre todo es un partido que tiene muy claro cuál es la idea del Estado y de España, lo cual necesitará el PP cuando le toque enfrentarse a los próximos desafíos independentistas.

Los militantes del PSOE tienen que hacer valer eso para recuperar la confianza ante ellos mismos y ante la sociedad. Es un camino lleno de piedras, casi un tratamiento psicológico. Si pierde las fuerzas en el camino, ya sabemos quién va a recoger los restos: Podemos.

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